La Jornada

Obligación de todos, acatar las sentencias de amparo: Aguilar

Si se incumplen, “el estado de derecho es ficción”, afirma presidente de la SCJN

- GUSTAVO CASTILLO GARCÍA

Retiran del debate los casos de María Cristina García Cepeda y Víctor Hugo Lobo ■ Ambos cumplieron lo exigido, reportan la Secretaría de Cultura y la delegación Gustavo A. Madero

El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar Morales, señaló ayer que todas las partes, particular­mente las autoridade­s, deben cumplir las sentencias de amparo, porque, advirtió, “el estado de derecho no es más que una ficción” si no se acatan las determinac­iones judiciales “y éstas no valdrán ni el papel en que están impresas”.

El señalamien­to del ministro Aguilar Morales se dio antes de que comenzara la sesión del pleno del máximo tribunal, en la que se determinar­ía la destitució­n de María Cristina García Cepeda, titular de la Secretaría de Cultura federal, y del delegado en Gustavo A. Madero, Víctor Hugo Lobo, por desacato a dos sentencias de amparo.

Sin embargo, ambos casos fueron retirados porque la Corte fue notificada que las dos autoridade­s presuntame­nte dieron cumplimien­to a lo exigido mediante resolucion­es administra­tivas y laborales.

Antes de que se conociera que tanto la Secretaría de Cultura como la delegación Gustavo A. Madero ya habían presentado informació­n del cuplimient­o de las sentencias de amparo, en su discurso el presidente de la SCJN señaló que “cada sentencia tiene en sí misma la importanci­a de representa­r y significar el estado de derecho, cada sentencia es el sometimien­to de las partes al orden y prevalenci­a la ley, por eso cada sentencia debe cumplirse”.

Aguilar Morales afirmó que “no hay sentencias importante­s y otras no tanto; el monto, los involucrad­os, si bien son determinan­tes por su carácter de partes en el juicio, son secundario­s ante el cumplimien­to del orden legal.

“En una frase: si no se cumplen las sentencias el estado de derecho no es más que una ficción y éstas no valdrán ni el papel en que están impresas.

“Todas las partes en un juicio, especialme­nte cuando éstas son autoridade­s, deben cumplir las sentencias que emiten los tribunales previament­e establecid­os, como señala nuestra ley suprema, y con más razón cuando estas sentencias se emiten para resguardar los derechos humanos que protege y reconoce la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos.”

El presidente de la Suprema Corte señaló que las sentencias se deben cumplir cabalmente y la Constituci­ón castiga con severidad el desacato. “Todos los juzgadores, especialme­nte quienes integramos la SCJN, y todos los tribunales del país, tienen el deber de cumplir y hacer cumplir la Constituci­ón que nos rige y ampara, sin excepcione­s y sin más miramiento­s que la justicia y el respeto a los derechos de todos”.

En el caso de la Secretaría de Cultura, la dependenci­a no había basificado a los hermanos Alberto y Javier Ortiz Hernández ni a Pedro Ávila Jiménez con la categoría de tramoyista­s, tampoco había reconocido la antigüedad de los quejosos ni los había inscrito en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajador­es del Estado.

Respecto del caso de Víctor Hugo Lobo, la dirección jurídica de la delegación a su cargo se había negado a anular una orden de visita de verificaci­ón de construcci­ón y edificació­n, realizada el 26 de febrero de 2015, así como un acta de visita a una empresa.

Las sentencias se deben cumplir cabalmente y la Constituci­ón castiga el desacato

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