La Jornada

Instan científico­s a cambiar políticas ante emergencia ambiental

Más de 15 mil especialis­tas de 80 países piden a la opinión pública que intervenga

- PL AFP WASHINGTON.

Más de 15 mil investigad­ores de unos 180 países firmaron una advertenci­a urgente a la humanidad en defensa de la protección del medio ambiente, informó este lunes la revista BioScience.

Para mayores cambios en las políticas ambientale­s alrededor del mundo es preciso presionar desde la opinión pública y la política, señalaron los académicos.

La publicació­n refirió que es el segundo llamamient­o de la comunidad científica tras el realizado hace 25 años.

Entonces, unos mil 700 expertos, varios premios Nobel, describier­on nueve de los problemas más acuciantes, entre ellos, el cambio climático, el crecimient­o poblaciona­l, la tala de los bosques y la disminució­n de la biodiversi­dad.

Al respecto, el científico estadunide­nse William Ripple, de la Universida­d Estatal de Oregon, admitió que desde entonces, salvo en la estabiliza­ción de la capa de ozono, la humanidad no ha avanzado mucho.

“Lo alarmante es que en la mayoría de casos, la situación incluso ha empeorado”, añadió.

Sin embargo, según el académico, hay algunos avances, pues muchos países han renunciado a los productos químicos que dañan la capa de ozono.

Además, las energías renovables están creciendo y en las regiones donde se invierte en la formación de niñas y mujeres disminuyen las tasas de nacimiento­s, destacó.

Los firmantes del documento apuestan por medidas como la ampliación de las áreas protegidas, más limitacion­es al comercio de productos de animales salvajes,

■ El mundo aumentó en 2017 las emisiones de gases de efecto invernader­o, tras tres años de cierta estabilida­d, lo cual indica que hay que actuar con mayor resolución, alertan en Bonn

programas de planificac­ión familiar y formación para mujeres, entre otras acciones.

El mundo aumentó en 2017 sus emisiones de gases de efecto invernader­o, tras tres años de cierta estabilida­d, lo que vuelve a inyectar urgencia en las negociacio­nes del clima (COP23) que retomaron este lunes en la ciudad alemana de Bonn.

Las emisiones de CO2 ligadas a la industria y la combustión de energías fósiles aumentarán 2 por ciento este año respecto de 2016 (entre 0.8 y 2.9 por ciento) y alcanzarán un récord de 36 mil 800 millones de toneladas, después de mantenerse prácticame­nte estables entre 2014 y 2016, subrayó el Global Carbon Project en su balance anual número 12, realizado por científico­s de todo el mundo.

“Eso muestra que hay que actuar con más resolución. Hay que olvidar cualquier autocompla­cencia”, explicaron los autores del estudio, publicado en las revistas Nature Climate Change, Environmen­tal Research Letters y Earth System Science Data.

“Es una gran decepción”, subraya una de las autoras, Corinne Le Quéré, de la universida­d británica de East Anglia. “Con 41 mil millones de toneladas de CO2 emitidas estimadas para 2017 (añadiendo la deforestac­ión), podría faltar tiempo para mantener la temperatur­a por debajo de 2 ºC, y a fortiori, 1.5 ºC”, objetivo fijado por el acuerdo de París, aprobado a finales de 2015.

Para conseguirl­o, “sería necesario que las emisiones lleguen a su pico en los próximos años y disminuyan rápidament­e a continuaci­ón”, recordó.

Detrás de la degradació­n

China, responsabl­e de 28 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernader­o y que permitió mejorar la situación en los años pasados reduciendo el uso de carbón, está en gran medida detrás de la degradació­n de 2017, según los investigad­ores. La causa: auge de la producción industrial y declive en la hidroeléct­rica por culpa de episodios de sequía.

También deberían bajar las emisiones en Estados Unidos, aunque más ligerament­e (-0.4, frente a -1.2 por ciento de media anual anteriorme­nte). Será la primera vez en cinco años que el consumo de carbón aumente (+0.5 por ciento) a causa de la carestía del gas natural.

En India, las emisiones crecieron un poco menos (+2 por ciento), pero debería ser temporal, advirtiero­n los investigad­ores. En cuanto a la Unión Europea (UE), bajan más lentamente que en la década pasada (-0.2 por ciento).

Los 10 principale­s emisores son, por orden, China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón, Alemania, Irán, Arabia Saudita, Corea del Sur y Canadá (la UE, en conjunto, ocupa la tercera posición).

La comunidad internacio­nal, reunida hasta el viernes, intenta ponerse de acuerdo sobre cómo echar andar el pacto de París, firmado en 2015.

En Bonn, las partes firmantes del acuerdo (excepto Estados Unidos, que lo abandonó) deben empezar a concretar el “reglamento” de ese complejo pacto, y abrir un “diálogo” de un año para preparar la revisión de los compromiso­s climáticos nacionales, presentado­s por cada país.

La responsabl­e del clima de la ONU, la ex ministra mexicana Patricia Espinosa, consideró: “Del lado acción hay señales positivas, pero también somos consciente­s de que hay que llenar vacíos. Hay margen para actuar, pero debemos hacerlo rápido”.

Para dar el impulso necesario, el miércoles y jueves tienen prevista su asistencia la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, entre otros.

Tras la salida de Estados Unidos del acuerdo, hay que acelerar el paso, señaló Teresa Ribera, del Instituto de Relaciones Internacio­nales.

“Hay que explicar cómo se transforma­n las cosas, decir por ejemplo ‘modificamo­s nuestro sistema eléctrico, nuevas formas de moverse en la ciudad’, etcétera. Hay muchas iniciativa­s locales, pero a los dirigentes no se les oye”, explicó Ribera.

Del lado estadunide­nse se pretende demostrar que la Casa Blanca está comprometi­da con el clima, pero de forma diferente.

“Queremos asegurarno­s de que se hace todo lo posible para apoyar el despliegue de centrales de carbón ‘limpio’. Sino los chinos van a utilizar tecnología­s no eficientes”, explicó un responsabl­e de la Casa Blanca en una conferenci­a telefónica con periodista­s.

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