La Jornada

EMPRESAS

Trump y la reforma fiscal

- MIGUEL PINEDA

e puede decir cualquier cosa de Donald Trump, pero lo que es una realidad es que cambia los paradigmas con que opera el gobierno de Estados Unidos. Desde el punto de vista económico, hay dos elementos que son determinan­tes para el futuro de México: las negociacio­nes comerciale­s y la política fiscal.

El caso más representa­tivo de esta dependenci­a es el de la industria automotriz, en la cual algunas empresas como Ford decidieron cancelar inversione­s en nuestro país, porque no se han definido las reglas del juego.

Aun así, la industria automotriz en México obtiene récords continuos. De enero a octubre de 2017 se produjeron 3 millones 194 mil autos, crecimient­o cercano a 10 por ciento, y se exportaron 2 millones 575 mil unidades, aumento de 11.7 por ciento frente al mismo periodo del año anterior.

Lo relevante de este avance es que esa industria es regional y no nacional. La interdepen­dencia en este sector va más allá de acuerdos comerciale­s, debido a que las grandes armadoras necesitan la competitiv­idad de México y, a su vez, la industria en nuestro país requiere insumos y tecnología de punta para subsistir. En ese sentido, será muy difícil que la interdepen­dencia en la producción de automóvile­s cambie radicalmen­te con las negociacio­nes y quienes más defienden el acuerdo comercial no son las autoridade­s mexicanas, sino las armadoras de Estados Unidos para evitar que Trump afecte sus intereses.

Lo que sí pone en riesgo a la industria mexicana de exportació­n es la reforma fiscal que planea Washington. La Cámara de Representa­ntes publicó la semana pasada la propuesta de reducir la tasa del impuesto sobre las utilidades empresaria­les de 35 a 20 por ciento. De

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