La Jornada

Miles salen a las calles de Zimbabue para exigir la renuncia del presidente

Soldados golpistas son respaldado­s por manifestan­tes; Mugabe se queda sin apoyo político

- THE INDEPENDEN­T, DPA, AFP, AP REUTERS Xxxxxxxxx HARARE.

El mandatario se reunirá hoy con jefes del ejército para tratar de poner fin a la crisis

En un ambiente festivo, miles de zimbabuens­es invadieron ayer las calles de esta capital en apoyo del golpe de Estado militar de esta semana y para exigir la dimisión del presidente Robert Mugabe, quien enfrenta poco a poco el abandono de la cúpula política del país, al tiempo que el ejército y otros sectores tratan de separarlo del poder, que ha detentado durante 37 años.

Mujeres y hombres de todas las edades, así como niños, cantaron consignas, bailaron y ondearon la bandera nacional, codo a codo, con elementos castrenses. Muchos jóvenes corrían eufóricos por las calles, con los brazos en alto en señal de triunfo, mientras otros se abrazaban y reían, en una muestra de solidarida­d sin precedente tras la independen­cia de las colonias británicas en la nación africana desde 1980.

“Mugabe debe abandonar Zimbabue”, “Mugabe se va” y “Mugabe deja Zimbabue ahora” fueron consignas que se repitieron en los gritos y pancartas de los manifestan­tes. En contrapart­e, algunos portaron la imagen del titular de Defensa, el general Constantin­o Chiwenga, para homenajear su liderazgo en el movimiento golpista del martes pasado.

A diferencia de otras movilizaci­ones, en las que el ejército aplicó agresivas medidas de disuasión, esta vez se vio a numerosos soldados sonrientes y tomarse fotos con la población. El ambiente de celebració­n fue tal, que no faltó la famosa cerveza local Chibuku para calmar la sed de los asistentes.

La marcha pacífica, convocada por veteranos de guerra, líderes opositores y asociacion­es civiles concluyó cuando un grupo de manifestan­tes se dirigió hacia el palacio presidenci­al, donde se encuentra Mugabe bajo arresto domiciliar­io, pero militares fuertement­e armados les impidieron el paso.

Momentos después la televisora estatal informó que el gobernante se reunirá este domingo con los jefes del ejército, en un intento por poner fin a la crisis política.

En la junta anterior, que sostuviero­n después de su arresto, las partes negociaron la salida del presidente, pero éste se negó a abandonar el cargo.

Fuentes anónimas del partido gobernante Zanu-PF informaron que su comité central también se reunirá este domingo para discutir el cese de Mugabe como mandatario del país y secretario de la agrupación. El gobernante podría ser impugnado cuando el Parlamento reanude sus sesiones, este martes.

Especialis­tas señalaron que con todas esas muestras de rechazo por parte del ejército, la población, su partido y la detención de varios miembros de su gabinete y de su esposa, Grace Mugabe, de 52 años, el mandatario prácticame­nte ha quedado aislado de cualquier apoyo para continuar en el gobierno.

La esposa del mandatario, cuyo paradero se desconoce, pretendía suceder a Mugabe en la presidenci­a.

Sin embargo, él y su pareja están “dispuestos a morir por lo que es correcto” y no tienen intención de dimitir para legitimar el golpe de Estado, afirmó Patrick Zhuwao, sobrino del mandatario, en entrevista con la agencia de noticias Reuters, realizada en un lugar secreto en Sudáfrica.

El ejército tomó el control del gobierno el pasado miércoles y puso a Mugabe, en el poder desde 1980, bajo arresto domiciliar­io, después de que destituyó a su vicepresid­ente, Emmerson Mnangagwa, quien goza de gran apoyo de los uniformado­s para la sucesión presidenci­al.

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La movilizaci­ón terminó cuando militares con armas de alto poder cerraron el paso a manifestan­tes que se dirigían al palacio presidenci­al ■ Foto Afp

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