La Jornada

A sus 74 años lo único que desea es regresar a Cuba

- CARLOS FIGUEROA NUEVO LAREDO, TAMPS.

A sus 74 años, Orelbio Barrera Gil lo único que desea es regresar a su natal Cuba para rencontrar­se con su familia. Es parte de los cientos de cubanos que zarparon del puerto de Mariel y se quedaron en Miami, Florida, desde 1980, pero ahora se encuentra en Nuevo Laredo desde el 7 de marzo.

No puede regresar a Estados Unidos por haber salido del país, ni viajar a Cuba por carecer de pasaporte. Tampoco permanecer en México, por no tener identifica­ción oficial. Lo único que pide es que las autoridade­s cubanas le den el pasaporte para regresar a la isla a pasar sus últimos días.

“No sé cuál es mi estatus, es como si no tuviera patria, ya fui al consulado de Cuba pero nadie me ha ayudado, sólo el personal del Instituto Tamaulipec­o para los Migrantes, que me está apoyando”, señaló.

Barrera Gil salió de país caribeño el 27 de marzo de 1980 en el llamado Éxodo de Los Marielitos. Trabajaba de chofer de transporte. Llegó a Waco, Texas, donde empezó a trabajar hasta 1992, cuando fue arrestado por un delito calificado de “felonía”.

“Me sentenciar­on a 54 meses de prisión, cumplí mi condena pero me dijeron que los cubanos que cometían felonías no iban a tener libertad; así me tuvieron 5 años en la cárcel, hasta 2000, cuando salí bajo supervisió­n y fianza de 5 mil dólares”, narró.

Orelbio nunca fue presentado ante el juez de migración, aunque se le notificó que estaba deportado desde el 1º de marzo de 1997, es decir, durante 21 años las autoridade­s de inmigració­n de Estados Unidos, nunca lo enviaron a su país de origen.

“Pedí varias veces que cumplieran con la orden de deportació­n a Cuba, pero se negaron, por eso el 5 de marzo de este año salí de Miami, Florida y crucé a esta frontera, pensando que sería más fácil que me enviaran a mi país”, dijo.

Pero Barrera no puede salir de México por carecer de documentos que le permitan comprar un boleto de avión o de barco; tampoco puede regresar a Estados Unidos, ya que al cruzar a Nuevo Laredo cumplió la orden de deportació­n y en nuestro país está de indocument­ado.

“Ya me entregué en migración de Laredo, Texas y me regresaron; hice lo mismo con la instancia en Nuevo Laredo, pero no pudieron deportarme porque no tengo documentos, estoy desesperad­o, sólo quiero regresar con mi familia en Cuba”, detalló.

Enfatizó que sólo quiere regresar a su país natal para reunirse con sus cinco hijos, sus 16 nietos y visitar las tumbas de sus seres queridos.

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