Mugabe renunció en Zimbabue tras recibir garantías de inmunidad
El ex presidente rechazó el exilio; pidió lo dejen morir en su país
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El ex presidente de Zimbabue Robert Mugabe, de 97 años, recibió garantías de inmunidad y seguridad en el país, como parte de un acuerdo para renunciar a su mandato que duró casi cuatro décadas, tras un golpe de Estado militar, reportaron este jueves fuentes cercanas a las negociaciones.
Un funcionario allegado a las reuniones contó que el momento decisivo de Mugabe para dejar el poder fue su temor a ser enjuiciado y destituido “de manera indigna” tras recibir el rechazo de todos los sectores del país. Además, según la fuente anónima, el ex gobernante pidió a los negociadores que lo dejaran morir en Zimbabue.
“Sigue siendo nuestro admirado héroe liberador. Contribuyó inmensamente al desarrollo del país en los pasados 37 años”, reconoció Simon Khaya Moyo, vocero del partido gobernante Unión Africana de ZimbabueFrente Patriótico (Zanu-PF), al cual perteneció el ex mandatario.
Se desconoce si la inmunidad se extendió a su esposa, Grace Mugabe, de 52 años, a quien se apuntalaba para ganar la presidencia en los comicios de 2018.
Mugabe, quien gobernó desde 1980, cuando logró la independencia de las colonias británicas en la entonces llamada Rodesia, renunció el pasado martes después de que el ejército lo puso en arresto domiciliario, el Zanu-PF lo conminó a renunciar como presidente y se celebró una gran manifestación para exigir su dimisión.
Mugabe renunció cuando congresistas iniciaban sesiones para destituirlo en un juicio político. Actualmente se desconoce el paradero de la pareja, pero fuentes aseguran que continúa en esta capital. Los gobiernos de Myanmar y Bangladesh firmaron este jueves un acuerdo para repatriar a la minoría de musulmanes rohinya que cruzaron la frontera para huir de la violencia en el estado de Rakhina. Bangkok no precisó cuántos refugiados regresarán al país.
Más de 620 mil rohinya huyeron de Myanmar a Bangladesh desde el 25 de agosto, cuando el ejército comenzó las “operaciones de despeje” tras de un ataque a puestos policiales por un grupo insurgente rohinya. Los refugiados dijeron que sus casas fueron incendiadas por soldados y monjes budistas.
La oficina de la líder civil de Myanmar, Aung San Suu Kyi, indicó que el acuerdo “sobre el regreso de los desplazados de Rakhine” se ajusta a una fórmula fijada en 1992 en un acuerdo de repatriación firmado por las dos naciones tras un brote de violencia. Para volver, los rohinya deben presentar documentos de residencia, que pocos tienen.
El primer ministro de Bangladesh, Sheikh Hasina, declaró: “Continuamos nuestras conversaciones bilaterales con Myanmar para que esos ciudadanos puedan regresar a su país. Llamo a Myanmar a que acepte a sus ciudadanos de regreso”.
En un campamento de refugiados en Bangladesh, algunos musulmanes rohinya expresaron sus dudas sobre el acuerdo.
“Quemaron nuestras casas, tomaron nuestro ganado. ¿Nos lo van a devolver?”, preguntó Abdul Hamid, en Hoyakong.