Cambios radicales en la era de Sara Danius
El nombre del presunto agresor no se hizo público para respetar la presunción de inocencia, aunque ha corrido ya entre diversos foros en línea.
Casado con una escritora estrechamente ligada a la Academia Sueca, el acusado dirige un centro de exposiciones en la capital, en parte financiado por esa institución, que organiza allí las lecturas de los premiados.
Es en este espacio donde habrían tenido lugar algunas de las agresiones cometidas entre 1997 y 2017.
La institución rompe todo vínculo con el presunto autor
Varias presuntas víctimas declararon a cara descubierta y sus relatos fueron corroborados por testigos oculares, según el diario (DN).
Una afirmó haber sido violada en un apartamento de un barrio de moda de Estocolmo. ‘‘Todo el mundo sabe y ha sabido siempre que él agredía a las chicas’’, aseguró la mujer.
Las afectadas prefirieron callar antes que arriesgar sus carreras, debido a la relación tan estrecha que el acusado mantiene con editores, productores, directores y compositores de primer nivel.
Tras una ‘‘reunión de crisis’’, el jueves por la tarde, la Academia Sueca anunció que rompió todos los vínculos con el acusado, al que había pagado un apartamento en un barrio céntrico de París.
La Academia pondrá en marcha una investigación interna para saber si el acusado ‘‘ha tenido alguna influencia, directa o indirecta, en la atribución de premios, becas o financiación de alguna otra naturaleza’’.
La ministra de Cultura, Alice Bah Kuhnke, lamentó haberle concedido en 2015 la medalla de la Orden Real de la Estrella Polar, reservada a los integrantes de la familia real sueca o a personajes extranjeros por sus servicios al país.
El acusado no quiso contestar a las demandas de Afp, aunque aseguró al diario sueco Dagens Nyheter que es inocente. La Academia Sueca experimenta una serie de cambios radicales que han conmocionado al mundo cultural desde que llegó a su dirección Sara Danius hace tres años.
Como publicó La Jornada el pasado 5 de octubre, la filóloga sueca, conocedora de la obra de Marcel Proust, Honoré de Balzac, Stendhal y Gustave Flaubert, siempre ha lamentado que en la lista de candidatos al Nobel de Literatura nunca se incluyeron a Nathalie Sarraute ni a Marguerite Yourcenar.
Danius se integró al comité Nobel en 2013, y dos años después fue nombrada la primera secretaria de ese jurado. Cuando fue incluida en la Academia, en su mayoría formada por hombres, su colega Sara Stridsberg dijo que la paridad en Estocolmo ya no era palabra vacía.
La primera de las sorpresa en su gestión fue el otorgamiento hace tres años del máximo galardón literario a una reportera, la bielorrusa Svetlana Aleksiévich. Al año siguiente fue un escándalo el galardón a Bob Dylan, y este 2017 a Kazuo Ishuguro, quien se considera el fan número uno de Dylan.
Ayer, tras darse a conocer que al menos 18 mujeres, esposas e hijas de académicos habrían sido agredidas y violadas por “uno de los hombres más influyentes de la escena cultural de Estocolmo”, Danius salió a dar la cara ante los medios para decir que rompió todo vínculo con el involucrado y que éste no asistiría a la entrega del Nobel de Literatura el 10 de diciembre.
También informó que la Academia pondrá en marcha una investigación interna para saber si el acusado , quien no es miembro per se, ‘‘ha tenido influencia, directa o indirecta, en la atribución de premios, becas o financiación de alguna otra naturaleza’’.