HACE FALTA FIDEL CASTRO PARA EXPLICAR LA REALIDAD CONCRETA
Este 25 de noviembre a un año de que el comandante Fidel Castro dejó de existir físicamente, resulta difícil explicar y hacer un balance de todo lo que ha pasado en el mundo y concretamente en América Latina. Tal vez por la rapidez con que ocurren los hechos políticos y sociales y las pocas mentes que expliquen como él, la realidad concreta, los giros que toman los acontecimientos, las consecuencias que trae a la humanidad, es decir, sobre la parte que toca a la clase proletaria mayoritaria.
Preocupante es lo que acontece en el norte del Canadá y de Estados Unidos, en el diario acontecer de la lucha por la sobrevivencia, que, aun tratándose de países desarrollados; es decir, ricos, el desarrollo ha sido sólo para una parte, para los poseedores de los medios de producción.
Las transnacionales mineras canadienses y estadunidenses destrozan la Tierra, poco en su territorio, mucho en varios países de Latinoamérica, lo mismo el fracking, es decir, la fractura hidráulica realizada por empresas yanquis, ambas actividades envenenan el medio ambiente; en regiones donde empieza el río Bravo, hasta la insólita Patagonia, pasando por el paralelo ecuatoriano y la vasta Amazonia, por varios países el gobierno imperial yanqui siembra bases militares de reconocimiento y ubicación de recursos naturales cuyo objeto sería ejercer control sobre ellos.
De punta a punta del continente Abya Yala, los pueblos originarios levantan la mirada y se organizan para repeler la amenaza, que representa “dizque” el desarrollo, que en realidad es saqueo desproporcionado y enriquecimiento ilícito, de una mínima parte, ya de por sí multimillonaria, enloquecidos como el Rey Midas.
La resistencia se traducirá en victoria de los pueblos que logren entender la base del equilibrio que profesan nuestros originarios pueblos indígenas, conocimiento adquirido desde tiempos ancestrales. Fidel Castro, en sus largos e ilustrativos discursos, nos hablaba de todo lo anterior, de cómo el sistema capitalista y su fase superior, el imperialismo, va rumbo a la debacle, debido a las grandes e insalvables contradicciones, imposibles de resolver.
Entonces, lo que queda es romper este esquema, para transformar la realidad, que sea libre de la explotación y la esclavitud del hombre.