¿LA FIESTA EN PAZ?
Pilar Rioja recibe la medalla Bellas Artes
i a ninguna potencia le preocupa el cambio climático; si el gobierno (?) de México crea empleos apoyando a ensambladoras de vehículos extranjeros; si la alegre Asamblea Legislativa de la Ciudad de México abona el terreno para privatizar el servicio de agua, y si asesinatos e impunidad son parte de la vida cotidiana, ¿a quién le va a interesar qué ganado se aprueba en la plaza México, la ausencia de exámenes post mortem a ese ganado o el concepto de bravura que manejan los comunicadores taurinamente correctos al servicio de la tauromafia? Si hubiese prioridades, en la agenda de los poderes fácticos no está la tradición taurina, aunque sí su caprichoso manejo.
Un decorativo Sistema Nacional Anticorrupción, apoyado por la transparencia y rendición de cuentas, dizque para fortalecer la confianza de los ciudadanos en las instituciones en un marco de promoción de la legalidad y las buenas prácticas sirvió, como el resto de los sistemas que se inventa cada régimen, “para lo que se le unta al queso”. Si la fiesta de los toros no califica a los miopes ojos de la posmodernidad autorregulada, ¿cómo aspirar a un espectáculo apasionante, transparente, con rendición de cuentas y sin cabida a la corrupción? Las decadencias no se improvisan, se construyen a golpes de complicidades.
Mañana, a las 19 horas, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la extraordinaria bailarina, coreógrafa y maestra Pilar Rioja del Olmo (Torreón, Coahuila, 13 de septiembre de 1932), recibirá la Medalla Bellas Artes como otro homenaje a su insuperable trayectoria profesional y aportaciones a la danza universal a lo largo de siete décadas, lapso en el que su pasión por el baile clásico español y el flamenco nutrieron al mundo de emociones inefables. Pilar Rioja, triunfadora en todos los escenarios y auténtico referente de varias generaciones en ciudades como México, Nueva York o Moscú, es un testimonio vivo y tenaz de la fuerza de la vocación, esa voz interior, ese llamado imperativo a ser y a hacer como sólo esa persona puede ser y hacer, fiel a su espíritu, sin sacrificio suficiente, hasta lograr que alma y cuerpo