Mejorar eficiencia terminal, instalaciones y seguridad, retos en la UAM-Iztapalapa
Cuatro aspirantes a rector dan a conocer parte de sus programas de trabajo Menos de la mitad obtuvieron la acreditación de la SEP Sin acceso a programas de calidad, 848 mil estudiantes de educación superior
Aspirantes registrados para la rectoría de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa, coinciden en que las tareas primordiales son incrementar el número de alumnos que concluyen satisfactoriamente sus estudios y mejorar los espacios, ya que en este momento un edificio se encuentra inhabilitado debido al sismo del 19 de septiembre pasado.
De igual manera, consideran que es fundamental estrechar la comunicación con autoridades de la delegación Iztapalapa y de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina para brindar mayor vigilancia a los alrededores y proteger a alumnos, docentes y trabajadores de asaltos.
En entrevista por separado, cuatro de los seis aspirantes a conformar la quinteta que deberá proponerse al rector general de la UAM, Eduardo Peñalosa Castro, resaltaron los puntos principales de su programa de trabajo. A continuación se presentan en orden alfabético:
El doctor José Gilberto Córdoba Herrera dijo que dentro de la UAM Iztapalapa se han presentado asaltos a mano armada, desvalijamiento de autos, robo de bicicletas e incluso dentro de los cubículos, por ello lo considera un tema relevante que requiere diagnóstico. Propone también controlar el ingreso a la unidad sin negar el acceso a las instalaciones.
Señaló que es importante tratar el tema de la violencia de género, por lo que promovería una cultura de solidaridad, así como el respeto “irrestricto al derecho de las diversas preferencias sexuales”.
Sobre el edificio S, dado que aún no se define si se reparará o se construirá un nuevo, dijo que “vigilaría que se desarrollen los trabajos necesarios para subsanar esto con la mayor prontitud posible”. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) revela, en su segundo reporte parcial de la Cuenta Pública 2016, que al menos 848 mil inscritos en el nivel universitario “no tuvieron la posibilidad de estudiar en programas que acreditaran la calidad” de instituciones públicas de educación superior.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) sólo acreditó la calidad de 51.6 por ciento de 3 mil 287 programas educativos en 62 universidades públicas que integran la población objetivo del proyecto de Fortalecimiento de la Calidad Educativa, que contó con un presupuesto por 2 mil 780 millones de pesos, pero al que le fueron recortados por
Planteó también que impulsaría que los programas de estudio sean revisados periódicamente y que se incorpore más tecnología a la docencia.
El doctor Jesús Gerardo Saucedo Castañeda dijo que fortalecerá la calidad de la enseñanza. la Secretaría de Hacienda y Crédito Público mil 241.7 millones de pesos.
Asimismo, detectó que en las reglas de operación “no se incluyó la cuantificación de la población objetivo, la temporalidad en el otorgamiento de subsidios para los proyectos a apoyar ni el mecanismo para procurar que los recursos fueran el medio más eficaz y eficiente para alcanzar los objetivos y metas que exigía la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria”.
En un análisis de la política pública para la educación superior, la ASF detectó que de 2012 a 2016, los recursos públicos de licenciatura, profesional asociado y técnico superior tuvieron una tasa decreciente anual de uno por ciento en términos reales, al pasar “Nuestro alumnado, cerca de 14 mil, merece tener las condiciones más adecuadas para recibir una enseñanza de calidad” para lograr incrementar “de manera considerable y significativa el porcentaje de eficiencia terminal”, de aproximadamente 20 de mil 593 millones en 2012 a mil 539 millones para 2016.
Se identificó que de los apoyos entregados a 61 universidades, éstas no lograron el reconocimiento de todos sus programas, ya que sólo 21 instituciones (34 por ciento del total) incrementaron el número de programas reconocidos por sus calidad; 11 no logró acreditarlos (18 por ciento); y 20 casas de estudios perdieron programas con reconocimiento (32.8 por ciento).
La ASF señala que en 2016 al menos mil 592 programas educativos carecieron de personal académico, infraestructura, plan de estudios, actividades académicas, resultados y procesos administrativos reconocidos por su calidad.
Agregó que en 2016, la SEP benefició con recursos públicos por ciento en la actualidad.
De igual manera, mejorar el acervo bibliográfico, las condiciones de aulas, así como los servicios.
Dijo que los profesores investigadores deben mantener todos los apoyos necesarios. En relación del citado programa a 58 de las 62 instituciones objetivo.
Se acreditaron por su calidad mil 695 programas educativos, pero la dependencia no comprobó contar con un registro útil y oportuno, de forma desagregada, de los planes que lograron o conservaron su calidad ese año ni la relación del número que logró acreditar con los proyectos de mejora de la gestión institucional.
En la auditoría de desempeño al programa, la ASF señala que las 58 instituciones sólo recibieron 44 por ciento de los recursos solicitados para mejorar la calidad de sus programas de licenciatura, profesional asociado y técnico superior.
Consideró que la dependencia mostró “deficiencias de operación y carencia de información para conocer los programas que lograron o conservaron su calidad, por lo que desconoció en qué medida el otorgamiento de subsidios a 561 proyectos para mejorar la gestión institucional contribuyó a que 58 universidades contaran con mil 695 programas educativos acreditados”. con el edificio S, se pronunció por considerar su sustitución.
Sobre el tema de seguridad dijo que se requieren operativos permanentes de protección a las instalaciones.
El doctor Rodrigo Díaz Cruz se pronunció por reconstruir el edificio S, así como concluir el de ciencia y tecnología que está detenido desde hace algunos años. También señaló que se requiere renovar “nuestros compromisos con la universidad pública, defender la autonomía, promover el ejercicio de pensamiento, sobre todo de pensamiento crítico, y resguardar y proteger los valores” de esta casa de estudios.
Agregó que hay desafíos por superar como el de mejorar la eficiencia terminal, “disminuir o impedir el abandono escolar en el primer año en algunas licenciaturas, que es relativamente alto”, con 20 por ciento, y seguir mejorando la calidad de la docencia.
En posgrado el reto es “consolidar y ampliar las redes internacionales”, así como fortalecer la vinculación con los diversos sectores, social, político y productivo.
Sobre el tema de seguridad subrayó la vinculación con la delegación y el gobierno de la Ciudad de México.
El doctor Tomás Viveros García resaltó que personal académico de la UAM Iztapalapa cuenta “probablemente con el mayor número de miembros en el Sistema Nacional de Investigadores”, pero al igual que otras instituciones “ha ido, en promedio, teniendo una mayor edad y ese es un asunto fundamental que hay que resolver”, lo que consideró el “recambio generacional”.
Refirió también la importancia de reconocer las carencias a las que se enfrentan los alumnos, pues dijo que llegan con una formación previa “no tan fuerte como sería lo necesario para abordar estudios de licenciatura” y también limitaciones económicas que afectan su desempeño, lo que lleva “a una baja eficiencia terminal”.
Ante ello, resaltó las becas de “manutención”, los cursos propedéuticos para poder mejorar sus habilidades y capacidades y la flexibilidad en los planes de estudio. Mantener la atención en revisar el edificio S y concluir la construcción del de ciencia y tecnología.
Sobre la inseguridad resaltó la vigilancia en los alrededores del campus, pero también reactivar el transporte que brindaba servicio hasta el Metro.
A los doctores Carlos Herrero Bervera y Jesús Gerardo Saucedo-Castañeda, aspirantes también, este diario no logró contactarlos.