KAFKA EN LOS PINOS
El fantasma de Kafka de nuevo salió de su tumba y decidió visitar México, como lo hizo hace 20 años, según relató Josúe Sáenz, en su artículo “Kafka en México”, publicado en 1996, en la revista Vuelta. Llegó primero a Los Pinos, donde había una reunión del presidente Enrique Peña Nieto con su gabinete y los representantes del poder económico.
Había unas gráficas en una pantalla en las que se ilustraba que en los 30 años anteriores el desempleo crecía crónicamente, los salarios habían descendido en más de 50 por ciento, la producción crecía de manera muy lenta, y lo que más había aumentado era la pobreza del pueblo, lo mismo que la economía informal, la delincuencia organizada y la emigración como única salida para casi todos los jóvenes. Ante esa realidad registrada en las gráficas, los ahí reunidos formularon su conclusión: esto demuestra que debemos continuar por el mismo rumbo, a como dé lugar ¡adelante!
Igual que hace dos décadas, el fantasma de Kafka pensó: “Esto es demasiado kafkiano para mí, regreso a mi tumba”. Lo que el fantasma de Kafka no vio, es que antes de que él llegara, los poderosos reunidos en Los Pinos habían presentado otras gráficas en las que se registraba cómo habían crecido las ganancias y la acumulación de riqueza de las 10 más grandes corporaciones nacionales y extranjeras que operan en México en la industria y sobre todo en las finanzas.
En eso consiste el gran éxito macroeconómico que ahora se le adjudica al destapado Meade, como antes a Salinas de Gortari, a Pedro Aspe, a Guillermo Ortiz, et al. Ese es el camino de éxito que Meade garantiza continuar, y es a la vez el camino de la tragedia para el pueblo de México. de México (UVM), plantel de Tlalpan, donde dictó la conferencia titulada Democracia y libertad. Esta frase es irónica para una ex funcionaria que debería rendir cuentas ante la Corte Penal Internacional, precisamente, por haber orquestado la guerra en la antigua Babilonia, con saldo de más de un millón de muertos, miles de heridos y de huérfanos.
Nos parece lamentable que una institución académica dé espacio a una criminal de guerra. Su relación con el secretario de Estado, Rex Tillersson, y la petrolera Exxon, están documentados. Su conferencia debería titularse Invadir países para hacer negocios.