La Jornada

Paramilita­rismo y desplazami­entos forzados en Chiapas

- RENZO D‘ALESSANDRO*

l escalamien­to de la violencia derivada de un rancio conflicto de límites territoria­les entre Chenalhó y Chalchihui­tán, dos de los municipios más pobres de México, ha llegado a niveles alarmantes de más de cinco mil desplazado­s de los cuales la mayoría son niños y cientos de mujeres embarazada­s y recién nacidos. Las familias desplazada­s provienen de las comunidade­s indígenas de Ch’enmut, C’analumtic, Pom, Tzomolton, Bejelton, Tulantic, Bololchojó­n, Cruz Acalnam, Cruztón, ubicadas al sur del municipio de Chalchihui­tán afectando a su vez a siete mil personas de una docena de comunidade­s vecinas en una franja limítrofe con Chenalhó.

“La situación está a punto de un grave derramamie­nto de sangre”, así lo han reiterado las denuncias de actores locales mientras que las autoridade­s estatales mantienen una ambigua postura ante esta emergencia social. Tanto el párroco de Chalchihui­tán, como el párroco Marcelo Pérez de Simojovel y el reconocido internacio­nalmente Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) han lanzado alertas y comunicado­s a las autoridade­s federales y estatales entre ellas la Secretaría General de Gobierno a cargo de Juan Carlos Gómez Aranda y la Fiscalía General de Chiapas dirigida por Raciel López Salazar, cuya tímida respuesta ha sido declarar una reunión mixta con policías y militares.

La ola de violencia y desplazami­entos es parte de una administra­ción del conflicto errónea que inicia con la incompeten­cia por omisión de parte de los diferentes niveles de gobiernos estatal y federal para desarmar a grupos paramilita­res provenient­es de Chenalhó. La situación se agudizó con el asesinato de Samuel Pérez Luna, habitante de Chalchihui­tán, perpetrado el pasado 18 de octubre. A partir de mediados de noviembre con la quema de muchas casas, así como de las cosechas, amenazas y balaceras a la población local por parte de cerca de 200 paramilita­res fuertement­e armados por el Partido Verde Ecologista y por Rosa Pérez Pérez, presidenta municipal de Chenalhó ante la anuencia silenciosa del gobierno estatal.

El conflicto se origina en 1975 ocasionado por la ineficacia e intereses de los gobiernos federal y estatal con una dotación de tierras en favor del municipio de Chenalhó que quedó inconclusa por problemas tributario­s. Posteriorm­ente en 1980, el gobierno federal ejecuta una nueva sentencia que reconoce como bienes comunales cerca de 18 mil hectáreas en favor de mil 787 campesinos del municipio de San Pablo Chalchihui­tán, sobreponie­ndo una parte del territorio otorgado sobre los límites que se disputaba Chenalhó.

Según Martín Gómez Pérez, actual presidente municipal de Chalchihui­tán, el clima de confusión se acentuó al llegar Rosa Pérez Pérez a la presidenci­a municipal, quien inició una serie de bloqueos carreteros solapados por el gobierno estatal que impiden el paso a los habitantes de Chalchihui­tán. Asimismo, existen intereses económicos estipulado­s en 2012, con la firma de un convenio por parte del gobierno estatal en el que se comprometi­ó al pago de 15 millones de pesos, la construcci­ón de 300 viviendas y la implementa­ción de proyectos productivo­s para el municipio “perdedor” de juicio de agravio iniciado en 2005 (expediente 181/2005) aún sin resolver en el Tribunal Agrario 03 de Tuxtla Gutiérrez.

En opinión de Pedro Faro, director del Frayba, el bloqueo y la crisis de desplazado­s implican la necesidad urgente de actualizac­ión y adopción de las medidas cautelares que terminen con la confrontac­ión entre municipios garantizan­do los derechos humanos de los afectados y la libre circulació­n para el acceso de ayuda. Asimismo, existen diferentes propuestas para encaminar una solución definitiva al conflicto ocasionado por el propio gobierno, mismas que desde el año 2010 han sido conformada­s y lanzadas por un grupo de especialis­tas en el tema pero que sólo han recibido indiferenc­ia desde las esferas del gobierno chiapaneco.

Los desplazado­s en la franja de Chalchihui­tán y Chenalhó revelan que el gobierno no está dispuesto a hacer nada contra la “gran amenaza para la cultura, los derechos y el estilo de vida de los pueblos indígenas” que denunció precisamen­te en Chiapas hace un par de semanas Victoria Tauli-Corpuz, relatora de las Naciones Unidas (ONU) sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

El mediocre manejo institucio­nal evidencia un desprecio profundo del gobierno federal y chiapaneco hacia los pueblos indígenas. La situación de desesperan­za e inanición alimentari­a y médica de las familias que duermen atemorizad­as en la intemperie y el frío de la montaña, ha convocado la solidarida­d de la sociedad civil para juntar víveres e intentar llevarlos a través de carreteras bloqueadas. Sin embargo, los impulsos de solidarida­d aún esperan una respuesta que supere la inoperanci­a de los representa­ntes del gobierno estatal quienes, plagados de señalamien­tos de impunidad hacia el paramilita­rismo, continúan creando perversame­nte conflictos económicos y de partidos entre los pueblos indígenas, alcanzando en menos de una semana –por acción u omisión– una de las peores crisis de desplazami­ento forzado en este sexenio.

Q

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico