Puerto Vallarta: encuentro migratorio sin Estados Unidos
l secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, inauguró ayer en Puerto Vallarta la reunión del pacto mundial para una migración segura, ordenada y regulada, instancia de la Organización de las Naciones Unidas que busca establecer de aquí al año entrante un acuerdo para la gestión humanitaria de flujos de migrantes y de refugiados. Aunque se trataría de un instrumento no vinculante para los países signatarios, Estados Unidos anunció el sábado pasado su retiro de las pláticas con el argumento de que “nuestras decisiones sobre política migratoria serán tomadas por estadunidenses y sólo por estadunidenses”.
Con este antecedente, el hecho más notable de la reunión que se inició ayer, y que deberá culminar mañana, fue, paradójicamente, la ausencia de una representación oficial de Estados Unidos.
No puede pasarse por alto, en efecto, el hecho de que el territorio estadunidense es el principal sitio de destino para las corrientes migratorias que se originan en distintos países, el nuestro entre ellos, y que sin la presencia de Washington el pacto que se pretende firmar tendrá una vigencia acotada y una significación global muy disminuida.
Videgaray afirmó en el discurso inaugural que, al no participar en este esfuerzo de la comunidad internacional, Estados Unidos “pierde la oportunidad de liderazgo”, pero debe considerarse que México pierde algo mucho más significativo: la posibilidad de normar por medio de un instrumento internacional la estancia de millones de connacionales en el país vecino y el tránsito a él de cientos de miles de mexicanos y extranjeros por la frontera común.
Más preocupante aún, el portazo de Donald Trump al pacto migratorio confirma la determinación de la Casa Blanca de cerrar el territorio de Estados Unidos a los extranjeros y de expulsar prácticamente a todos aquellos habitantes que no cuenten con los documentos migratorios requeridos.
Estas circunstancias tienen una relevancia económica y social pocas veces considerada: en los hechos, la economía mexicana ha sido orientada desde hace décadas, se admita o no, hacia un modelo exportador de población. De hecho, las remesas de los mexicanos que