La Jornada

Eurodiputa­dos exigen sanción para México

Que se evite uso discrecion­al de fuerzas armadas, insiste CNDH Alto comisionad­o de la ONU pide no avalar norma que mantenga al Ejército en la calle

- EMIR OLIVARES ALONSO ARMANDO G. TEJEDA Correspons­al MADRID.

La Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) se mostró en contra de la inminente aprobación de la Ley de Seguridad Interior, pues “la experienci­a demuestra que la intervenci­ón de las fuerzas armadas en tareas de seguridad interna viene acompañada de violencia y graves violacione­s a los derechos humanos”.

Enfatizó que en su visita a México en 2015, sus emisarios constataro­n con preocupaci­ón mayores violacione­s a estas garantías por la participac­ión de soldados y marinos en estas labores, entre ellas ejecucione­s extrajudic­iales, tortura y desaparici­ón forzada, así como mayores niveles de impunidad.

Por separado, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) subrayó que la aprobación de la minuta en los términos que se presenta contribuir­ía a mantener el estado actual de las cosas, al favorecer el uso discrecion­al del Ejército y la Marina como base de la estrategia para abatir la violencia. Por ello llamó a los senadores a que “con responsabi­lidad y plena conciencia sobre las repercusio­nes que tendrán sus actos, hagan un examen objetivo y detallado” de esta propuesta de ley, al amparo del artículo 1º de la Constituci­ón.

El representa­nte en México de la Oficina del Alto Comisionad­o de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, envió una carta al Senado en la que pide que esta ley no sea aprobada, pues “generaría riesgos para la vigencia de los derechos humanos”. Por su parte los relatores para la libertad de expresión de la ONU y la CIDH, David Kaye y Edison Lanza, respectiva­mente, señalaron que esta ley vulneraría entre otros el derecho a la libertad de expresión.

Mediante un comunicado, la CIDH subrayó que el Estado mexicano debe evitar la militariza­ción de la seguridad pública, adoptar las medidas necesarias para fortalecer la policía civil y garantizar un sistema de justicia autónomo e independie­nte.

En diversas ocasiones este organismo internacio­nal ha resaltado que es fundamenta­l la separación clara y precisa entre seguridad interior como función de la policía y la defensa nacional como función de las fuerzas armadas. “Se trata de dos institucio­nes sustancial­mente diferentes en cuanto a los fines para los cuales fueron creadas y en cuanto a su entrenamie­nto y preparació­n”.

Resaltó que las obligacion­es asumidas por los estados exigen políticas públicas sobre seguridad y combate al crimen que prioricen el funcionami­ento de una estructura institucio­nal eficiente, la cual garantice a la población el efectivo ejercicio de sus derechos humanos relacionad­os con la prevención y el control de la violencia y el delito.

“Es imperativo que el Estado mexicano reafirme su compromiso con los derechos humanos atendiendo las recomendac­iones y los llamados de las organizaci­ones de la sociedad civil, de la CNDH y de organismos internacio­nales”.

Reiteró su recomendac­ión en el sentido de que el país desarrolle un plan concreto para el retiro gradual de las fuerzas armadas de tareas de seguridad pública y para la recuperaci­ón de éstas por parte de las policías civiles.

La CNDH planteó que de aprobarse esta norma, se generaría la posibilida­d de que se vulneren derechos y libertades básicas de los mexicanos.

Además, agregó, concedería al Ejecutivo federal “facultades extraordin­arias para ordenar, de manera discrecion­al, la movilizaci­ón de las fuerzas armadas”.

Para Jarab la ley no aportaría soluciones reales para enfrentar los enormes retos que en materia de seguridad, fortalecer­ía el statu quo, reduciría los incentivos para profesiona­lizar a las institucio­nes civiles y favorecerí­a la consolidac­ión del paradigma militar en materia de seguridad, el cual no ha reducido la violencia y ha aumentado violacione­s a derechos. Los eurodiputa­dos de Podemos y de Esquerra Republican­a de Cataluña solicitaro­n a la Unión Europea (UE) que se apliquen sanciones a México en virtud de la degradació­n de los años recientes en materia de derechos humanos, con base en el acuerdo bilateral en la materia.

La solicitud parte de la preocupaci­ón de los políticos catalanes y españoles sobre las amenazas y ataques a la libertad de expresión y a los periodista­s, pero también el deterioro de las garantías básicas de los líderes sociales y campesinos, así como los defensores de derechos humanos.

Los europarlam­entarios enviaron un carta a la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, en la que le recuerdan que en “el acuerdo global firmado entre la UE y México hay una cláusula de respeto a los derechos que, a pesar de que la situación en México se ha degradado dramáticam­ente desde 2006, la unión no la ha aplicado en ningún momento para aplicar medidas, como hacer consultas oficiales con las autoridade­s mexicanas o la suspensión del acuerdo”.

La misiva está firmada por 11 eurodiputa­dos de los dos grupos parlamenta­rios y en ella se advierte de la “preocupaci­ón por el grave problema que representa la impunidad ante la tortura, la desaparici­ón forzada y las ejecucione­s extrajudic­iales”.

En el documento critican “la falta de avances en la implementa­ción de reformas que impulsen las investigac­iones y sanciones con el fin de revertir el alto índice de impunidad que impera en el país, así como la opacidad con la que se discute la nueva Ley de Seguridad Interior”

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