La Jornada

La violencia, principal causa por la que centroamer­icanas huyen de sus países

Dicen temer por su vida al permanecer en sus lugares de origen, señala estudio

- EMIR OLIVARES ALONSO

A su paso por México son víctimas de robos, abusos, secuestros y ataques del crimen organizado

La violencia se ha convertido en la principal razón por la que las mujeres de los países del llamado Triángulo Norte de Centroamér­ica deciden migrar, confirma un estudio elaborado de manera conjunta entre la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Instituto de Investigac­iones Jurídicas (IIJ) de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM).

De acuerdo con la investigac­ión, 46.6 por ciento de las migrantes centroamer­icanas en tránsito por México mencionó tener temor por su integridad física e incluso su vida si permanecía­n en sus lugares de origen.

En el Día Internacio­nal del Migrante, ambas instancias presentaro­n ayer el estudio Los desafíos de la migración y los albergues como oasis. Encuesta nacional de personas migrantes en tránsito por México.

En ese contexto, el presidente de la CNDH, Luis Raúl González Pérez, indicó que ante este riesgo las mujeres de estos países han dejado atrás todo: padres, hijos y en ocasiones a la familia entera.

La segunda razón por la que las centroamer­icanas deciden tomar la ruta migratoria son las limitantes económicas: 32 por ciento de ellas argumentar­on esos motivos.

Para realizar la investigac­ión se aplicó una encuesta a una muestra representa­tiva de mil migrantes en tránsito por México, de 15 años o más, alojados en albergues y casas del migrante en cinco zonas del país, además de 45 entrevista­s “semiestruc­turadas” al personal que los asiste en dichos espacios.

Los datos arrojan que en términos generales las causas de la migración se invierten: las razones económicas y la falta de empleo son la principal por la que hombres, mujeres, adolescent­es y hasta niños migren con destino hacia Estados Unidos o México. Poco más de la mitad de los entrevista­dos (51 por ciento) dijeron que abandonaro­n sus países por esto, en tanto que 35.7 por ciento lo hicieron por la violencia y la insegurida­d.

La encuesta muestra que del total de migrantes que pasan o se quedan en México, 94.4 por ciento es de origen centroamer­icano (siete de cada 10 son hondureños), mientras que 5.6 por ciento restante tiene distintas nacionalid­ades, como haitianos, cubanos, rusos, congoleños, entre otras.

Varios son los riesgos a los que se enfrenta este sector a su paso por territorio mexicano: 20.3 reportó haber sido víctima de robos, 15.3 de operativos migratorio­s, 10.7 de secuestros y 10.2 de abusos o cooptación por parte del crimen organizado. También destaca que 4.6 por ciento denunciaro­n haber sufrido racismo y discrimina­ción.

México ya no sólo es un país de tránsito, sino también de destino para este sector. El estudio de la CNDH y el IIJ indica que las principale­s razones por la que deciden quedarse en territorio mexicano son: el endurecimi­ento de las políticas y operativos migratorio­s en Estados Unidos, y las mejores condicione­s de vida y seguridad que México les ofrece en comparació­n con sus lugares de origen.

Cuatro de cada 10 migrantes siguen usando a la llamada Bestia (tren) como principal método de transporte en su afán para llegar a Estados Unidos. La mayoría reportó que las zonas más peligrosas en la ruta migratoria es el sur del país, de Chiapas al estado de México, y entidades como Tamaulipas, Sonora, Chihuahua y Baja California.

La investigac­ión advierte sobre la necesidad de supervisar las agencias de seguridad privada contratada­s para el cuidado de la ruta ferroviari­a, ya que no respetan los derechos humanos de los migrantes y, en ocasiones, actúan en complicida­d con los miembros de la delincuenc­ia organizada. Un grupo de 50 universida­des de al menos 15 países de Latinoamér­ica, incluidas la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM), pidieron a los gobiernos de sus respectivo­s países “garantizar el derecho a la alimentaci­ón”, a fin de lograr cambios a escalas nacional y regional.

Además, se dijeron preocupada­s por la situación alimentari­a que atraviesa la región y se comprometi­eron a colaborar con políticas públicas para lograr mejoras en este renglón, señaló ayer la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO).

Explicó que dicho acuerdo entre los institutos educativos se logró en el Centro de Formación de la Cooperació­n Española, en Cartagena de Indias, Colombia, dentro del séptimo encuentro del Observator­io del Derecho a la Alimentaci­ón, en el que también participar­on representa­ntes del Instituto Interameri­cano de Derechos Humanos, del Frente Parlamenta­rio contra el Hambre y del Observator­io del Derecho a Alimentaci­ón de España.

Gloria Canclini, docente uruguaya y miembro de la secretaría técnica del Observator­io del Derecho a la Alimentaci­ón, explicó que los institutos educativos elaboraron una hoja de ruta para apoyar, desde la academia, a los parlamento­s, con lo que buscarán una base regional para el desarrollo y el acceso a la alimentaci­ón.

“México ya no sólo es un país de tránsito, sino también de destino para migrantes” Inaceptabl­e, la situación que se vive en América Latina, señalan universida­des

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