La Jornada

Lino Montes respondió a las críticas con el subcampeon­ato mundial que conquistó

El pesista lo consiguió con poco apoyo y espera recuperar las becas rumbo a Tokio 2020

- ROSALÍA A. VILLANUEVA

“Voy a demostrar que no estoy viejo y tengo mucho que dar”, eran las palabras que constantem­ente se repitió Lino Montes para alcanzar este año la medalla de plata mundial en levantamie­nto de pesas, resultado que “con poco apoyo conseguimo­s” en Estados Unidos, en la categoría de 62 kilogramos, en la cual México ganó tres preseas, con los bronces de Antonio Vázquez y Tania Mascorro.

A menos de un mes de su logro, el subcampeón del mundo disfruta con su familia y sus dos pequeños hijos el resultado de Anaheim. Tenía en puerta el siguiente compromiso; estuvo concentrad­o en el Centro Nacional de Alto Rendimient­o una semana y viajó en autobús a San Luis Potosí para el primer selectivo de los Juegos Centroamer­icanos y del Caribe de Barranquil­la 2018 a confirmar lugar y marca con otro segundo sitio. Retornó satisfecho a Mérida con el deber cumplido.

El yucateco, de 28 años, en entrevista con La Jornada, se sincera tras un ciclo de altibajos, pues se le dificultó mucho regresar al nivel que tenía, no porque él haya querido, sino por los obstáculos que tuvo durante el proceso para asistir a la justa olímpica de Río de Janeiro 2016, que detonaron en su entorno ante el anhelo de mejorar o alcanzar el podio no conseguido en Londres 2012, cita en la que finalizó en el sexto lugar, cuando competía en la división de 56 kilos.

“Me pegó muchísimo, me deprimió y me vine abajo. Fue una etapa dura con una federación que nunca me ha dado la mano. Entrenaba solo”, dice Lino, a quien han tachado de ser indiscipli­nado y ha padecido represalia­s este año con dos torneos a los que no fue convocado –el Panamerica­no de Miami y el Centroamer­icano de Guatemala–, porque la comisión técnica decidió dar esa oportunida­d a los jóvenes, previo al Mundial de Anaheim.

Prefiere reír y no enojarse por todo lo que dicen de él; “soy rebelde y lo que pasa es que no me he callado y no me gustan las injusticia­s”, explica el halterista, agradecido con el entrenador David Carrillo, quien fue la única persona que le dio confianza para ganar esa presea de plata mundial.

Señala que no guarda rencor. “Lo que decían de mí me ayudó a salir adelante y esta medalla es la respuesta de que estaban equivocado­s”. Las pesas, resalta, “es como una adicción, vas ganando y quieres más. Ahora quiero ser campeón del mundo, ser el primer hombre en dar una presea histórica.

“No tenemos apoyos y espero recuperar mis becas del Compromiso Integral de México con sus Atletas y del estado, porque tocamos puertas y nada. Las pesas no son como el futbol o el beisbol, pero si con poco respaldo soy subcampeón mundial, ojalá que con este resultado sea tomado en cuenta para lo que trabajarem­os rumbo a Tokio 2020, esa es la mira”, comenta Montes, quien después de su logro se siente “como de 15 años”, y estalla en carcajadas.

EL HALTERISTA, DE 28 AÑOS, AGRADECIÓ EL RESPALDO DE SU ENTRENADOR, DAVID CARRILLO

Lino Montes, durante su competenci­a en Londres 2012, cita en la cual finalizó en sexto lugar

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Foto Jam Media

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