El maltrato se vuelve asunto de todos los días
El señor para el que trabajaba siempre me humillaba y discriminaba. Era muy déspota, me decía que no me arreglaba, que iba fodonga”, dijo Eva, trabajadora del hogar, originaria de Oaxaca.
En entrevista explicó que a través de una agencia la colocaron con una familia para trabajar de planta “más de 12 horas”, sin tiempo para descansar o para alimentarse. Así estuvo por seis meses.
“La agencia te manda así, para actividades en general”. Añadió que sólo descansaba un domingo por quincena. “Era muchísimo trabajo y el pago era de apenas 6 mil 500 pesos al mes.” Aunque expresaba su inconformidad por esta situación no recibía apoyo ni del empleador ni de la empresa.
En la agencia le pidieron que se “aguantara”.
Por su part, a Diana, la última vez que su empleadora discutió con ella incluso estuvo a punto de agredirla físicamente. Llevaba con ella un año y cuatro meses trabajado.
“Fui maltratada y discriminada”, dijo en entrevista.” Narró que utilizaban nombres despectivos para dirigirse a ella y la carga de trabajo era mucha, no tenía hora de salida, pero sí debía ser puntual al entrar.
“Al final pretendía que atendiera la limpieza de su negocio, que la acompañara y había días en que llegaba a las dos de la mañana a mi casa”.
La empleadora justificaba su trato porque “el que paga manda y tenía que obedecerla en el año y cuatro meses que trabajé con ella, hubo ocasiones que me hacia pagos incompletos o me pagaba con retraso”, expresó Diana.