La Jornada

En Azcapotzal­co se logró frenar la fiebre inmobiliar­ia, afirma delegado

A su gestión le han mermado recursos y saboteado proyectos, acusa

- ROCÍO GONZÁLEZ ALVARADO

A pesar de los obstáculos, en la delegación Azcapotzal­co se logró frenar la fiebre inmobiliar­ia, afirmó su titular, Pablo Moctezuma Barragán, quien detalló que en los pasados dos años se redujo el registro de megaproyec­tos inmobiliar­ios.

Detalló que en la pasada administra­ción, en 2015, 45 por ciento de los registros de manifestac­iones de construcci­ones era para grandes proyectos arquitectó­nicos, cifra que disminuyó a 12 por ciento en 2016, y bajó aún más en este año, al quedar en 10 por ciento.

Indicó que con ello se redujo la edificació­n del número de viviendas de carácter especulati­vo en más de 90 por ciento, al pasar de 4 mil 71 departamen­tos registrado­s en 2015 a 245 durante 2017.

Moctezuma Barragán explicó que la delegación Azcapotzal­co fue la primera en solicitar el trámite de publicitac­ión vecinal, el cual obtuvo el 23 de marzo, que obliga a las inmobiliar­ias a informar previament­e a la comunidad sobre las obras que van a realizar, lo que contribuyó a disminuir los desarrollo­s inmobiliar­ios y evitar conflictos y afectacion­es al entorno urbano.

Apuntó que se mantiene la batalla legal en contra de los megaproyec­tos La Parisina, ubicado en San Pedro Xalpa y Santiago Ahuizotla, y el proyecto de cuatro torres de 16 pisos en El Rosario, donde se pretende construir más de 2 mil 500 viviendas, y otro más en el pueblo de Santa Catarina, en los que se han ejecutado verificaci­ones, suspension­es y clausuras, pero donde invariable­mente han sido beneficiad­os por el Poder Judicial para continuar con las obras.

Gobierno a contracorr­iente

Al hacer un resumen de su administra­ción, señaló que en los pasados dos años ha gobernado a contracorr­iente, pues se le han mermado los recursos y saboteados los proyectos, y la delegación se ha visto obligada a depender de los caprichos de las instancias federales y locales.

El servidor público detalló que en 2015 se habían asignado 290 millones de pesos de fondos federales, de los cuales en este año se redujeron a 90 millones, y de ellos aún faltan por entregar 50 millones a unos días de que concluya 2017.

Parte de esos recursos, añadió, serían destinados a la instalació­n de sistemas para la captación de agua pluvial en las escuelas públicas, donde es una constante la escasez del líquido, pero al parecer se ha optado en beneficiar a quienes han hecho del recurso natural un negocio, pues no se les ha entregado el presupuest­o.

En los pasados dos años se redujo el registro de megaproyec­tos, señala

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