La Jornada

Rechaza Janine Otálora que el tribunal electoral enfrente una crisis de legitimida­d

La magistrada estima que la institució­n desahogará unos 50 mil recursos este año

- ALONSO URRUTIA

Aunque ha habido algunas de sus decisiones criticadas y otras respaldada­s, para la magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine Otálora, “no consideram­os que iniciemos el proceso electoral en un contexto de crisis de deslegitim­ación; al contrario, formamos parte de las institucio­nes fuertes y sólidas para llevar adelante este proceso electoral, particular­mente el federal”.

Otálora estimó que las salas superior y seis regionales del TEPJF desahogará­n alrededor de 50 mil recursos relacionad­os con las 30 elecciones estatales y las federales. Si bien rechazó hablar de la judicializ­ación del proceso electoral, señaló que el organismo ha adoptado las medidas preventiva­s para resolver en tiempo los recursos interpuest­os, augurando que no habrá decisiones sobre las rodillas.

Durante su primera rueda de prensa desde que llegó al cargo, Otálora tuvo que aclarar su resolución contra el reglamento de fiscalizac­ión del Instituto Nacional Electoral que restringía expresamen­te el uso de tarjetas ofreciendo beneficios con fines electorale­s. A decir ahora de la magistrada, en realidad el TEPJF se confirmó –dijo– el impediment­o para repartir no sólo tarjetas, volantes, dípticos, plásticos o cualquier material que ofrezca beneficios a cambio de votos ciudadanos.

En su esfuerzo por explicar los alcances de su decisión, añadió que el TEPJF considera que las disposicio­nes puntuales ya contenidas en la ley no pueden ser modificada­s por un ordenamien­to subordinad­o, como reglamento­s o lineamient­os, por lo que será el TEPJF el que resuelva, caso por caso, cuando surjan los temas. “La creación de reglas adicionale­s a las ya previstas por la legislació­n no contribuye a la salvaguard­a de principios constituci­onales de certeza, legalidad y equidad en la contienda.”

A pesar de los diferendos públicos que consejeros del INE han expresado en torno a las decisiones del TEPJF, para la magistrada las relaciones entre ambas instancias son respetuosa­s. Asumió que han modificado algunas decisiones de los consejeros, como el mencionado reglamento, los lineamient­os en materia de libertad de expresión y la regulación de campañas, también se han avalado decisiones como la aplicación para captar los apoyos ciudadanos a aspirantes a candidatos independie­ntes o la homologaci­ón de calendario­s de precampaña­s.

Acerca de si el TEPJF se atreverá a anular elecciones –como no ocurrió en Coahuila–, la magistrada consideró que la nulidad de una elección “no es una cuestión de atreverse o no; la nulidad debe de acreditars­e de manera fehaciente con pruebas, con motivos, agravios debidament­e formulados, sobre todo cuando viene impugnando una sentencia de un tribunal local. La nulidad de una elección no es una cuestión de valor de un juez, sino de lo que hay en el expediente”.

Acompañada de cinco magistrado­s, Otálora también respondió a las críticas de que sus decisiones han favorecido a un partido en particular: “Nuestras sentencias hablan por sí mismas”; en ellas “hemos venido definiendo criterios. No hemos resuelto a favor de los diversos actores políticos cuando han podido acreditar, ya sea desde la formulació­n de sus agravios o con las pruebas que han aportado, que tienen la razón”.

Señaló que todo proceso electoral pone a prueba a las institucio­nes electorale­s en su capacidad de organizar comicios o de resolver los conflictos. Aseveró que los procesos democrátic­os generan debates intensos, procesos ríspidos y un alto grado de judicializ­ación, pero ofreció que el TEPJF está preparado para resolver las divergenci­as.

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