La Jornada

EMPRESAS

Los seguros, un mal necesario

- MIGUEL PINEDA

a cultura del seguro en México está en pañales. Mientras en Europa y Estados Unidos la mayoría de la población se protege, en nuestro país todo se lo dejamos al gobierno y a la diosa fortuna. Pensamos que no nos pasará nada en el futuro cercano y, por tanto, dejamos de lado la protección ante las contingenc­ias de la vida.

En el caso del seguro médico y del retiro, creemos que es una responsabi­lidad del gobierno o de la familia. El único bien que aseguramos de manera masiva es el automóvil, porque es parte sustancial del patrimonio familiar promedio y está expuesto a robos y accidentes. Incluso protegemos más este bien que la vivienda, pues creemos que es poco probable que nuestra casa sufra daños, aunque vivimos en un país donde los huracanes y los temblores siempre están presentes.

Las estadístic­as sobre las pérdidas que se generaron en 2017 por catástrofe­s naturales son contundent­es sobre los riesgos que enfrentamo­s. De 710 catástrofe­s relevantes en el mundo durante el año, 83 por cieno se concentrar­on en América del Norte, incluyendo a México. Por supuesto, en Canadá y Estados Unidos la contrataci­ón de seguros ayudó a recuperar gran parte de la riqueza destruida; sin embargo, en nuestro caso la protección fue baja, por lo que tardaremos décadas para que se recupere lo perdido por el sismo de septiembre y los huracanes que afectaron a nuestro país.

Las pérdidas por este tipo de catástrofe­s a escala mundial en 2017 sumaron 330 mil millones de dólares y de dicho monto estaban asegurados bienes por 135 mil millones de dólares, de acuerdo con la reasegurad­ora Munich Re.

Sin embargo, en México los únicos que

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