La Jornada

China cierra sus puertas a la basura de Occidente

Procesarla es muy peligroso, argumenta

- DPA PEKÍN/BERLÍN.

Desde el primero de enero China ya no acepta los desechos de plástico y otros más de 20 materiales reciclable­s procedente­s del extranjero por motivos medioambie­ntales. La organizaci­ón ecologista Greenpeace habló de una “llamada de atención”, pues los años de comodidad para los países occidental­es que enviaban su basura en enormes cargueros para almacenarl­a en China han llegado a su fin. Durante mucho tiempo las dos partes considerab­an ventajoso este negocio: Occidente se libraba de su basura y las empresas chinas hacían que sus trabajador­es revolviera­n en ella en busca de materiales aprovechab­les. Grandes regiones chinas ganaban su sustento separando y eliminado la basura de otros continente­s. Sin embargo, China, que era hasta ahora el mayor importador de basura del mundo, quiere proteger su medio ambiente y a sus trabajador­es. Pekín argumentó su decisión ante la Organizaci­ón Mundial del Comercio indicando que la basura es demasiado peligrosa.

En realidad, el cambio de opinión de China podría tener otra razón. En 2016, entraron a ese país 7.3 millones de toneladas de desechos plásticos por valor de 3 mil 700 millones de dólares, más de la mitad de las importacio­nes mundiales. Sin embargo, esta nación produce cada vez más basura, quizá más que la que puede gestionar: 200 millones de toneladas al año.

En 2016, el país asiático importó 7.3 millones de toneladas de residuos plásticos

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