LAS REBANADAS DEL PASTEL
presente año se cumplen tres décadas de la puesta en marcha del Programa Solidaridad (el “balance moral de la modernización”, de acuerdo con su creador Carlos Salinas de Gortari), el mismo que a lo largo de los sexenios ha ido cambiando de nombre (Progresa, con Ernesto Zedillo; Oportunidades, con Fox y Calderón; y Prospera, con EPN). Pero la constante más importante ha sido el crecimiento sostenido en el número de mexicanos en pobreza.
Y como bien lo ha documentado el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México, “el gasto gubernamental en los programas de combate a la pobreza –a escalas federal, estatal y municipal, y llámense como se llamen– se incrementó en términos absolutos alrededor de 100 por ciento entre 1970 y 2012. El gasto total desembolsado por el gobierno federal en programas de combate a la pobreza a escala nacional ha sido continuo, pero no ha resuelto el problema”.
Entonces, subraya el CAM, “si el total de recursos utilizados en los distintos programas creados durante el periodo citado para combatir la pobreza, realmente se hubiera ejecutado para disminuirla, tomando en consideración, únicamente los datos oficiales, no habría un incremento de pobres. Lejos de ello, en ese lapso millones de mexicanos cayeron en pobreza, y de ellos más de 20 millones se registraron a partir del Programa Nacional de Solidaridad. En 1970, apunta el centro de análisis, alrededor de 31 millones de mexicanos se encontraban en tan precaria situación; en 2012 el inventario sumaba 61.3 millones” (y en 2016 83.4 millones, considerando el ingreso por debajo de la línea de bienestar).
Y el CAM puntualiza: “Si realmente, año Terrible noticia para nuestro país: los rusos han tomado las riendas del proceso electoral 2018, con ganas de imponer a su agente encubierto en la Presidencia de la República. Muchas han sido las denuncias (todas ellas documentadas, desde luego), pero ninguna de ellas tan bien documentada como la del cretinovich Juan Ignacio Zavala (destacado integrante de la fuerza de aviadores de México; no confundir con la Fuerza Aérea Mexicana), a quien otro agente encubierto (Patricio, disfrazado de monero), ayer le tiró los dientes. Una muestra inequívoca de la intromisión de los tovarich la aporta la propia embajada de Vladímir Putin en nuestro país: “Solamente en la pasada década los resultados muestran una tendencia creciente en las operaciones de comercio exterior, pues, a pesar de la crisis global, según la estadística mexicana el intercambio comercial entre ambos países ha crecido de 592 millones de dólares en 2005 a mil 700 millones en 2016”. Además, con la clara intención de envenenar las mentes de los mexicanos se ha disparado la importación de vodka y la de matrioshkas. Entonces, ¡cuidado!, que los rusos ya están aquí, y no vienen con buenas intenciones.