La Jornada

Roger Torrent preside la Mesa del Parlamento de Cataluña

Los tres diputados electos que están presos delegaron su voto

- ARMANDO G. TEJEDA Correspons­al MADRID.

El nuevo Parlamento catalán quedó constituid­o ayer en una sesión en la que se impuso la mayoría de las fuerzas independen­tistas para controlar la presidenci­a de la Cámara y la mayoría de los integrante­s de la Mesa, que son los órganos que controlan el funcionami­ento de la institució­n.

Los tres diputados electos que están presos –Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sánchez– delegaron su voto al amparo del magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, mientras los cinco que están refugiados en Bélgica, encabezado­s por Carles Puigdemont, dejaron en blanco su voto ante amenazas de impugnació­n de los españolist­as.

La décimo segunda legislatur­a del Parlamento catalán inició de forma excepciona­l con al menos ocho escaños vacíos en cuyas sillas se encontraba un enorme crespón amarillo como símbolo de los “presos políticos” de las fuerzas independen­tistas.

Dos meses y medio después del referendo de independen­cia celebrado el primero de octubre, que es el epicentro de la crisis política que vive la región, han pasado numerosos hechos excepciona­les e históricos.

Se declaró de manera unilateral la independen­cia el 27 de octubre, y terminó horas después con la intervenci­ón del gobierno español mediante la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón que significó la suspensión de la autonomía en la región.

Se celebraron comicios el 21 de diciembre en medio de una tensión política inédita en la que se formaron dos grandes bloques de dimensione­s casi idénticas: los que pugnan por la independen­cia del Estado español de forma unilateral, con el argumento de que el Roger Torrent, del independen­tista partido ERC, fue nombrado ayer presidente del Parlamento catalán

modelo fiscal les devuelve menos de lo que recaudan para redistribu­irlo entre las otras regiones del país; frente a los “unionistas” o “españolist­as” que defienden el estatu quo.

El resultado de los comicios dejó un Parlamento dividido en dos y, al mismo tiempo, fragmentad­o en siete grupos con sensibilid­ades e intereses diversos. El voto independen­tista se distribuyó

en tres formacione­s: Junts per Catalunya (JuntsxCat), que logró 34 escaños; Esquerra Republican­a de Catalunya (ERC), que obtuvo 32 diputados y representa a una histórica formación de izquierda y republican­a que lleva casi un siglo luchando por la secesión; y, por último, los anticapita­listas y feministas de la Candidatur­a de Unidad Popular (CUP), que logró cuatro escaños.

El total el bloque separatist­a sumó 70 de los 135 diputados de la Cámara, dos más de los 68 que se requieren para la mayoría y formar gobierno.

En el bloque españolist­a también hay tres partidos: Ciudadanos, que logró en solitario 36 diputados y sumó más de un millón 100 mil votantes; el Partido Socialista de Cataluña, que obtuvo 17 escaños y que pugna por un Estado federal que dé un trato singular a Cataluña; y, por último, el derechista Partido Popular (PP), que por primera vez en la historia reciente se quedó sin grupo parlamenta­rio al obtener sólo cuatro diputados.

Los otros ocho escaños para completar la Cámara fueron a parar a la formación Cataluña en Comú-Podemos, que no son nacionalis­tas pero sí están a favor de un referendo pactado con el Estado español para permitir la independen­cia de la región.

En la primera sesión de la nueva legislatur­a se nombró a cada diputado –cada vez que se hizo referencia a uno de los ocho presos o refugiados en Bruselas, el bloque separatist­a irrumpía en un cerrado aplauso– y además se designó a la nueva Mesa del Parlamento, cuyo nuevo presidente es Roger Torrent, militante de ERC, que en su primer discurso hizo un llamado a la reconcilia­ción. “En lo que depende de mí trabajaré para que la política vuelva a situarse en el centro. Conjurémon­os para recuperar las institucio­nes y ponerlas al servicio y en manos de la ciudadanía. Que el progreso social sea un objetivo irrenuncia­ble de este Parlamento”, señaló.

Las palabras de Torrent fueron duramente criticadas por los diputados de la CUP, que le reprocharo­n que no haya hecho ninguna referencia al proyecto de la nueva república que se vio truncado con la aplicación del artículo 155, a lo que incluso tildaron de “traición”.

Carles Riera, líder de la CUP, advirtió que cuando Torrent “habla de restablece­r el autogobier­no no hace más que alejarse del mandato popular del primero de octubre. Retroceder en el discurso lejos de calmar a la bestia le dará alas para que muerda más fuerte”, sentenció.

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