EL VOTO, DEL VALOR DE CAMBIO AL VALOR DE USO
Si nos atrevemos a definir en la historia al proceso electoral, sin duda caeríamos en el concepto, político, ideológico y social más consensuado de la simulación, la desconfianza y la desilusión, trátese del régimen que sea, de liberal a socialista.
En México, el concepto se ha remarcado, en más de ocho décadas del régimen pripanista, pero desde hace tres décadas llegamos en todos nuestros ámbitos, del familiar al gremial, hasta el general y social gastados por un enfrentamiento fraterno. ¿Cómo superarlo en este 2018? Es el gran reto.
La realidad es tajante, lo electoral es la única expresión política, ni por asomo ideológica, con abrumadora mayoría social. Se trata pues de lograr un mínimo acuerdo y en la insistencia terca del momento histórico nos jugamos la sobrevivencia. Se trata de romper con el valor de cambio del voto, por una limosna, a darle el verdadero valor de uso, de las básicas conciencia y dignidad, trascender, en primera instancia, sobre nosotros mismos, es sustanciar a nuestra clase.
El reconocimiento electoral, como una de las formas de lucha, es fundamental. Todo el instrumental disponible técnico, de lo más elemental a las redes sociales, esenciales en la amalgama en pro de la voluntad popular, desde este momento, y no sólo el jocoso desahogo contra régimen, aquí la juventud está obligada en ir a la descubierta, en darle este valor de uso instrumental. Lo que se ve no se juzga, intento de inicio, Andrés Manuel López Obrador. Los demás, el infeliz final. edificios con 20 departamentos cada uno, con alrededor de 3 mil personas, por lo que el caos provocado es mayúsculo, sin que ninguna autoridad de tránsito ponga orden y proteja a los transeúntes.
Además de toda la confusión, taxis, piratas la mayoría, hacen base ilegal en busca de pasaje e impiden la entrada y salida del condominio a los vehículos, con cuyos conductores han estado a punto de llegar a la violencia por su necedad de obstruir el paso y estacionarse en zona prohibida.
Ante esta indebida y peligrosa situación exigimos al Metrobús corregir en breve su arbitrariedad y a las autoridades de tránsito su intervención para eliminar esta peligrosa situación. fuimos amontonados todos los derechohabientes que vivimos al sur de la ciudad. El consultorio no tiene médico fijo ni enfermera, carece de medicamentos, no hay baños, pero todo eso se soporta, lo peor son las citas. Estas se abren a las 23 horas y a las 23:01 ya no hay lugares.
Quienes son más hábiles en el uso de computadoras, se quedan con las citas, así que los viejos jubilados, que debemos ir cada 30 días por los medicamentos de control, nos convertimos en derechohabientes de segunda. Mendigamos las citas, así es la situación. Ir a la clínica que se ubica al otro extremo de la ciudad, a las cinco de la madrugada para ver si nos programan para ir, así como para los servicios como laboratorio, rayos x, especialistas. Para todo esto hay que ir al consultorio y luego a la clínica.
Queremos dejar de ser derechohabientes de segunda y tener los mismos derechos y servicios de los otros. ‘