LAS REBANADAS DEL PASTEL
a las cadenas globales de valor, de tal suerte que únicamente existe un reducido grupo de empresas nacionales que mantiene elevados estándares de competitividad y productividad.
La crisis de finanzas públicas es recurrente y ello ha limitado el crecimiento a 2.5 por ciento. Como se mencionó, esto implica que la economía 15 del mundo sólo pueda ocupar la posición 70 en términos per cápita. Sí México logra crecer a una tasa sostenida de 5 por ciento podría duplicar su PIB per cápita en 18 años, en lugar de los 48 que implica la estabilidad macroeconómica de 2.5 por ciento.
El reto fundamental es acelerar el ritmo de crecimiento económico: debe tenerse una obsesión por el crecimiento; la estabilización macroeconómica debe alcanzarse, pero no por la contención del sistema productivo, sino por el aumento de las capacidades productivas de la economía. Para ello debe elevarse la capacidad potencial del sistema productivo en México, y la única forma de lograrlo es mediante mayor inversión.
Durante los pasados 30 años, en México el crecimiento del PIB potencial pasó de 6 a solamente 2.5 por ciento; la estabilidad macroeconómica alrededor de esa tendencia estructural permite entender por qué el país no puede superar el promedio antes citado, la estabilización sólo le permite oscilar alrededor de su reducida capacidad potencial.
En México, el crecimiento de la inversión es cada vez menor; si se analiza por periodos de los pasados gobiernos, el incremento de la formación bruta de capital fijo durante la presente administración (con datos hasta noviembre de 2017) es la que muestra el menor registro con un avance de uno por ciento en promedio anual. Lo anterior se explica con la marcada caída en la inversión pública de -5.2 México estancado, pero en 2017 las utilidades bancarias se incrementaron 12.5 veces más que la famélica economía. ¿Cómo le hacen?