LAS REBANADAS DEL PASTEL
2019. Sin embargo, la pobreza laboral moderada, según la cual los trabajadores viven con ingresos de entre 1.90 y 3.10 dólares al día, sigue siendo generalizada y en 2017 golpeó a 430 millones de empleados de naciones emergentes y en desarrollo.
Los resultados en materia de empleo siguen registrando tendencias diversas en el mundo. Los países desarrollados entrarían en su sexto año consecutivo con tasas de desempleo descendentes, que en 2018 caerían a 5.5 por ciento, la proporción más baja desde 2007. No obstante, muchas naciones siguen registrando una tasa elevada de subutilización de la mano de obra, un amplio porcentaje de trabajadores “desanimados” y una creciente incidencia del empleo a tiempo parcial involuntario.
En cambio, entre 2014 y 2017 las tasas de desempleo de los países emergentes registraron un aumento apreciable, producto de la importante desaceleración de la economía, en parte debido a la caída del precio de los productos básicos en muchas grandes economías, como Brasil y la Federación de Rusia. El presente año marca un punto de inflexión, pues la tasa de desempleo “caería” a 5.5 por ciento (contra 5.6 por ciento de 2017), lo cual en los países emergentes se traduciría en un aumento del número de desempleados de alrededor de 0.4 millones en 2018 y de 1.2 millones en 2019.
En los países en desarrollo, el desempleo aumentaría en medio millón de personas anuales tanto en 2018 como en 2019, y la correspondiente tasa se mantendría en 5.3 por ciento. En muchas naciones en desarrollo y emergentes el principal problema es la persistencia del empleo de mala calidad y de la pobreza laboral. La buena: que las precampañas electorales llegaron a su fin; la pésima, que, tras un breve respiro, arrancarán las campañas, mientras las propuestas se mantienen prófugas.