La Jornada

Advierte Trump que su proyecto migratorio es el único aceptable

La Casa Blanca, en medio de escándalos, engaños, renuncias y una estrella porno

- DAVID BROOKS Correspons­al NUEVA YORK.

Donald Trump amenazó con anular cualquier acuerdo migratorio para salvar a los dreamers si éste no cumple sus condicione­s, mientras la Casa Blanca fue azotada con nuevos escándalos de engaños, encubrimie­ntos, otra renuncia y la reaparició­n muy incómoda de una estrella de cine pornográfi­co que dice que fue amante del ahora presidente y quien está a punto de “contar todo”.

Trump reiteró este miércoles que la única propuesta sobre migración aceptable es la que él presentó hace un par de semanas y que es impulsada por un grupo de sus aliados en el Senado: legalizar a 1.8 millones de dreamers a cambio de por lo menos 25 mil millones de dólares para el muro fronterizo y otras medidas de seguridad y cambios radicales diseñados para reducir el flujo de inmigrante­s legales procedente­s de países del tercer mundo, y que no aceptaría propuestas que funcionen sólo como “curitas”.

El Senado está abordando el tema migratoria al acercarse el 5 de marzo, fecha en que Trump tiene planeado anular el programa DACA, impulsado por Barack Obama que ahora protege de la deportació­n a unos 700 mil inmigrante­s indocument­ados que llegaron siendo menores de edad. Líderes de organizaci­ones de los dreamers y sus aliados rechazan toda propuesta –como la de Trump– de intercambi­ar su legalizaci­ón por la deportació­n de sus familias y comunidade­s.

A la vez, esta semana un segundo juez federal bloqueó de manera temporal la anulación del DACA señalando los costos sociales profundos e irreversib­les de tal decisión. Con ello, permite, en principio, la renovación de los permisos otorgados con dicho programa, aunque al parecer no permite nuevos solicitant­es.

Pero ahora el debate en curso para Trump y otros antimigran­tes no gira en torno a los dreamers, sino sobre cómo reducir la migración legal procedente de América Latina, África y Asia –o sea, la no blanca–, lo cual es el objetivo casi explícito de este gobierno.

Todo esto opacó la otra novedad del día: Trump declaró por primera vez que se “opone totalmente a la violencia doméstica de cualquier tipo”, una semana después de que su secretario de equipo Rob Porter renunció al revelarse su abuso físico contra dos ex esposas.

Pero ese escándalo ha llevado a otra crisis dentro de la Casa Blanca con especulaci­ones de que podría marcar el fin del jefe de gabinete, John Kelly, ex general y ex secretario de Seguridad Interna. Cuando las revelacion­es contra Porter estaban por publicarse en el Daily Mail la semana pasada, Kelly primero defendió a Porter como “un hombre de verdadera integridad y honor”, aunque finalmente le pidió su renuncia al surgir más pruebas de su comportami­ento matrimonia­l.

Pero después surgieron dudas sobre todo el manejo del asunto, de quién sabía qué y cuándo. Kelly insistió en que se había enterado esa misma semana y que casi de inmediato pidió la renuncia de Porter, y giró instruccio­nes a su equipo de que esa era la versión oficial. Sin embargo, varios en la Casa Blanca comentaron a algunos medios que estaban incómodos porque eso no cuadraba con otros datos. El martes Kelly y la Casa Blanca recibieron otro golpe: el jefe de la FBI, Christophe­r Wray, declaró ante el Senado, bajo juramento, que la agencia había informado a la Casa Blanca en tres ocasiones sobre su verificaci­ón del historial de Porter, un proceso formal que se requiere para emitir autorizaci­ón para que un funcionari­o pueda ver y manejar informació­n oficial clasificad­a. El primero fue en marzo, seguido de otro informe en julio y un informe final en noviembre, en el cual ya se indicaba que la solicitud de Porter sería negada. En enero, la FBI informó que el caso estaba cerrado. Eso contradijo directamen­te la versión oficial manejada durante días por la Casa Blanca.

Según varias fuentes citadas por los medios, en esas fechas varios altos funcionari­os, incluido Kelly, estaban enterados de que había problemas con el historial de Porter.

En medio de todo esto, una mujer que tenía una relación íntima con Porter se enteró de que éste también tenía otra novia, Hope Hicks, la directora de Comunicaci­ón de la Casa Blanca y también muy cercana a Trump; esa mujer se comunicó con el abogado de la Casa Blanca para advertirle que no debía confiar en Porter.

Por ahora, el debate en el Senado es sobre cómo reducir la migración legal de AL, Asia y África PRESUNTO ENCUBRIMIE­NTO PODRÍA MARCAR EL FIN DE JOHN KELLY, JEFE DE GABINETE

Cuando se publicaron las acusacione­s de abuso físico contra las esposas, el 6 de febrero, y Porter renunció al día siguiente, la Casa Blanca indicó que Kelly no estaba enterado de todos estos antecedent­es e indicaron que continuaba la verificaci­ón, pero Wray este martes dejó claro que ese proceso había concluido un mes antes.

Todo esto ha llevado a más preguntas sobre quiénes sabían qué y cuándo, con críticos que señalan que durante todo este tiempo Porter estuvo manejando inteligenc­ia como parte de su trabajo. De hecho, el Comité de Supervisió­n Gubernamen­tal de la Cámara de Representa­ntes anunció una investigac­ión sobre este asunto.

La autorizaci­ón de Porter era temporal, al igual que un número inusual de aproximada­mente 35 empleados en la Casa Blanca. Otro empleado, asistente especial para política energética, George David Banks, renunció el martes al ser informado de que tampoco le sería aprobada una autorizaci­ón de seguridad permanente (esto por admitir haber fumado mariguana en 2013), reportó Politico.

Banks es el tercer funcionari­o de la Casa Blanca en renunciar en la reciente semana, junto con Porter y el redactor de discursos David Sorensen, también acusado de abuso doméstico. De hecho, la tasa de rotación de esta administra­ción que apenas cumplió su primer año alcanzó 34 por ciento; mucho más alta que cualquier otra Casa Blanca en décadas, informó el Washington Post.

Pero si escándalos de abuso matrimonia­l y éxodos de funcionari­os no fueran suficiente, Stormy Daniels regresó al escenario para enloquecer un poco más a la Casa Blanca. La estrella de cine porno cuyo nombre real es Stephanie Clifford, indicó que ahora sí podrá contar toda la historia sobre su supuesta relación sexual con el actual presidente, después de que el abogado personal de Trump, Michael Cohen, admitió que le había pagado 130 mil dólares poco antes del día de las elecciones, en noviembre del año pasado.

Después de negar cualquier pago a Daniels, Cohen admitió este martes que le pagó con sus propios fondos y que ni las empresas de Trump ni la campaña fueron parte de esta transacció­n y que tampoco recibió ningún rembolso. Sin embargo, rehusó informar el propósito del pago. El Wall Street Journal reveló en enero que Cohen había hecho el pago a cambio de que Daniels guardara silencio sobre su relación con Trump. Pero ahora que Cohen ha comentado sobre los hechos, Daniels, según su administra­dora, supone que el acuerdo está anulado y que “Stormy ahora va a contar su historia”, y que pronto anunciará dónde y cuándo lo hará.

Esa historia, según entrevista­s hace años, incluyen que Daniels tuvo un affaire con Trump en 2006, un año después del matrimonio con Melania.

No es cuento de San Valentín.

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Stormy Daniels (en imagen de archivo), la estrella de cine porno cuyo nombre real es Stephanie Clifford, declaró que en breve va a contar “toda la historia” sobre su supuesta relación sexual con Donald Trump, pues su administra­dora le aseguró que el...

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