A casi 50 millones de mexicanos se le complica adquirir la canasta básica
El ingreso laboral per cápita cayó 2.5% en 12 meses: Coneval
En 15 años se diagnosticaron 31 mil casos de hepatitis C, equivalente a 5 por ciento de las personas que se estima están infectadas con ese virus, más de 600 mil en el país. En tanto, durante la década pasada, la mortalidad por cirrosis hepática causada por ese virus subió casi 32 por ciento. Los datos son apenas una aproximación de la problemática y el reto que enfrenta el sistema nacional de salud en este tema, advirtieron especialistas.
David Kershenobich, director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, experto en el manejo de la enfermedad, señaló que a escala mundial casi una tercera parte de los casos de cirrosis se deben a la hepatitis C, así como ocurre con 26 por ciento de los tumores hepáticos. Esta infección es responsable, además, de alrededor de 500 mil muertes prematuras al año.
Con el desarrollo de los antivirales de acción directa que recién salieron al mercado y curan la enfermedad en un lapso de entre ocho y 12 semanas, el mundo tiene la oportunidad de erradicarla. Los productos ya están disponibles en México.
Sería la primera de tipo infeccioso que se elimina con medicamentos. Hasta ahora, eso mismo se ha logrado con otros males, pero con la aplicación de vacunas, indicó Enrique Wolpert, presidente del comité científico de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (Fundhepa).
Ambos especialistas participaron este miércoles en el Al último trimestre de 2017, en 20 de las 32 entidades del país aumentó el porcentaje de población que no pudo adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral. En Chiapas, por ejemplo, sólo tres de cada 10 personas pudieron comprar los alimentos básicos cotidianos y en Guerrero seis lograron hacer lo propio con su salario. Alrededor de 50 millones de personas tienen esa dificultad, 1.2 millones más que en 2016, reportó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En la presentación del Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), correspondiente al periodo de octubre a diciembre de 2017, el Coneval reportó que el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria creció un punto, al pasar de 40 a 41 por ciento entre diciembre de 2016 y el mismo mes de 2017. taller para periodistas de Méxicosobre la erradicación de la hepatitis C que organizó (Fundhepa),
El incremento de la población sin posibilidades de adquirir la canasta alimentaria revirtió las disminuciones observadas a partir del tercer trimestre de 2016, que habían sido resultado de una baja inflación, señaló el organismo. El aumento en la población con un ingreso laboral inferior a la línea de bienestar mínimo se debe al incremento del valor de la canasta alimentaria de 9 por ciento en zonas urbanas y 8.7 por ciento en zonas rurales en este periodo, indicó.
En tanto, el ingreso laboral per cápita real mostró una disminución anual de 2.5 por ciento entre el cuarto trimestre de 2016 y el cuarto trimestre de 2017, de la cual son fundadores. Kershenobich recordó que la Organización Mundial de la al pasar de mil 711 pesos a mil 669. El ingreso laboral real en el cuarto trimestre de 2017 es mayor que en el cuarto trimestre de 2014, pero menor que en el mismo periodo de 2007, cuando fue de casi mil 950 pesos per cápita.
Las entidades donde en el último trimestre de 2017 hubo mayor aumento de la población cuyo ingreso laboral le impidió adquirir la canasta alimentaria, fueron Hidalgo, con 8.6 puntos para llegar a 50.1 por ciento, y Ciudad de México, con 6.8 para llegar a 37.9 por ciento de su población.
El Coneval detalló que para calcular el ITLP utiliza los resultados de la Encuesta Nacional Salud estableció la meta de eliminar este mal para el año 2030. Lo que sigue es encontrar de Ocupación y Empleo, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Explicó que si el ingreso laboral aumenta más que el valor de la canasta alimentaria, el poder adquisitivo del hogar mejora y el índice tiende a bajar. Y si el precio de los alimentos de la canasta alimentaria aumenta más que el ingreso laboral, el poder adquisitivo disminuye, por lo cual el ITLP tiende a subir.
En la reciente evaluación, encontró que el aumento del índice fue más pronunciado en las zonas urbanas, con una tasa de crecimiento de 3.1 por ciento anual y en las rurales fue de 1.8 por ciento. a los pacientes y darles los tratamientos.
Además de evitar muertes prematuras y años de discapacidad, el país podría ahorrar entre 1 y 2 millones de pesos por cada persona que se cura y que ya no llegaría a los hospitales con complicaciones graves, explicó Amilcar Azamar, especialista en economía de la salud. El costo de las complicaciones es sustancialmente mayor al de las nuevas terapias (200 mil pesos por paciente), apuntó.
Kershenobich indicó que el reto es generar conciencia en la gente para que sepa de la existencia de la hepatitis C, revise si está en riesgo de ser portador del virus y, en su caso, recibir los medicamentos a tiempo.
No hay vacuna para la hepatitis C
Destacó que a diferencia de las hepatitis A y B que se previenen mediante vacunación, para la tipo C no hay ningún biológico que la prevenga y debido a que no presenta síntomas, lo más común es que los afectados se enteren de que son portadores hasta que se presentan las complicaciones, como fibrosis, cirrosis o cáncer de hígado.
El experto comentó que una vez que se ha comprobado la efectividad de los antivirales, más de 95 por ciento de curación, en el Instituto Mexicano del Seguro Social están disponibles para todos los pacientes sin restricción. En el Seguro Popular aún existe el límite de edad, de 65 años, pero pronto será retirado; la única causa clínica para no prescribir los nuevos medicamentos sería que el paciente tenga una cirrosis descompensada.
Enrique Wolpert planteó que el manejo de la hepatitis C debería ser con un plan nacional, un censo nominal de pacientes, disponibilidad de pruebas rápidas detección del virus y el acceso a los antivirales para todos los individuos que sean portadores de la infección.
Las personas con mayor riesgo de tener hepatitis C son usuarios de drogas inyectables, hombres que tienen sexo con hombres, quienes se hayan realizado tatuajes o perforaciones en la piel, individuos en tratamiento de hemodiálisis o con algún trasplante.