La Jornada

El enamoramie­nto y el consumo de sicotrópic­os causan efectos similares

Activan las mismas regiones del cerebro, según estudio

- DE LA REDACCIÓN

Aunque se tienen indicios de la generación de ciertas sustancias sicoactiva­s en el cerebro cuando las personas se enamoran, la ciencia aún no ha podido determinar qué ocurre en el ser humano cuando se encuentra en este estado, reconoció Enrique Querejeta Villagómez, científico de Electrofis­iología Humana de la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnic­o Nacional (IPN).

Según un análisis que se realizó al cerebro de personas a quienes se muestra la imagen de sus seres amados, se produce una actividad semejante a la que se da entre quienes han consumido sicotrópic­os de uso recreacion­al.

“En estudios de resonancia magnética se ha observado que con algunos sicotrópic­os se activan las mismas regiones del cerebro que cuando existe un sentimient­o de empatía con alguien, como son: el cuerpo estriado lateral, el núcleo accumbens, el área ventral tegmental (responsabl­e de activar vías serotonérg­icas) y la corteza singular anterior”, manifestó el especialis­ta del IPN.

Experto en estudios de la Enfermedad de Parkinson, Querejeta Villagómez detalló que al igual que las sustancias sicoactiva­s, el amor aumenta los niveles de serotonina y dopamina, dos neurotrans­misores responsabl­es de producir sensacione­s placentera­s y un estado de ánimo de felicidad.

El investigad­or politécnic­o comentó que la duración del enamoramie­nto se relaciona con los mecanismos de recompensa, es decir, en la medida en que una persona es aceptada por otra las vías dopaminérg­icas se activan continuame­nte; sin duda, es una conducta que también se presenta a personas relacionad­as con las adicciones.

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