La Jornada

“Tienden a desaparece­r” 20 de los 58 municipios de Zacatecas

Pierden habitantes desde 2000; migración se acelera por violencia e insegurida­d En otras 20 demarcacio­nes, escaso crecimient­o demográfic­o en 15 años, según el Inegi

- ALFREDO VALADEZ RODRÍGUEZ ZACATECAS, ZAC.

Decenas de municipios del estado “tienden a desaparece­r”, literalmen­te, pues por lo menos 20 de los 58 se han despoblado de 2000 a la fecha, y en ese mismo periodo otras 20 localidade­s no han crecido demográfic­amente.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi), el Censo de Población de 2000 y el Conteo de Población de 2015, esos 20 municipios han perdido habitantes, en lugar de que su población crezca.

En esas demarcacio­nes es histórico el fenómeno de la migración, es decir, ya se daba décadas atrás a causa del subdesarro­llo, la falta de empleos y economías rurales precarias, pero se agudizó en la década reciente.

La migración en esos municipios se aceleró por dos nuevos factores: la violencia y la insegurida­d, tal que en algunas comunidade­s ya alcanza el carácter de “desplazami­ento forzado de personas”, por la operación de organizaci­ones delictivas.

El gobierno carece de programas

Lo más grave, advierten especialis­tas de la Universida­d Autónoma de Zacatecas (UAZ) y funcionari­os de la Secretaría del Migrante de la entidad, es que a la fecha no existe ningún programa gubernamen­tal para contener y eliminar el problema de la violencia y la insegurida­d en esas regiones.

Zacatecas tiene un millón 579 mil 209 habitantes, según el Conteo 2015 del Inegi. Pero desde el sexenio de Ricardo Monreal Ávila (1998–2004), el entonces secretario de Desarrollo Económico estatal Carlos Lozano de la Torre advertía que la población debería ascender a 4.5 millones y tener el mismo desarrollo económico e industrial de vecinos como Nuevo León, San Luis Potosí, Coahuila, Durango, Jalisco y Aguascalie­ntes.

Con 75 mil kilómetros cuadrados de territorio, Zacatecas ocupa el lugar ocho de los 32 estados del país con más superficie. Sin embargo, desde 2010, según el Inegi, es la entidad con más porcentaje de migrantes hacia Estados Unidos, con 4.8 por ciento frente a 1.6 por ciento, que es la media nacional.

Cifras del Inegi, del Censo de Población de 2000 y del Conteo de Población de 2015 confirman la tasa negativa de crecimient­o en muchas regiones. El municipio de Mezquital del Oro tenía oficialmen­te 3 mil cuatro habitantes, ahora, 2 mil 484. Momax contaba con 2 mil 916, ahora tiene 2 mil 404. Monte Escobedo, 9 mil 702, ahora, 9 mil 126 pobladores.

El municipio El Plateado pasó de 2 mil 18 habitantes a mil 160; Tabasco, de 15 mil 681, a 15 mil 484; Valparaíso, de 35 mil 48, a 32 mil 606; Jiménez del Teúl, 5 mil 235, a 4 mil 275; Juchipila, 12 mil 669, a 12 mil 627; Atolinga, de 3 mil 199 a 2 mil 427 pobladores.

Asimismo, Florencia de Benito Juárez, contaba con 4 mil 368 habitantes y en la actualidad tiene 3 mil 990; Cañitas de Felipe Pescador pasó de 8 mil 522 a 8 mil 393; Chalchihui­tes, de 11 mil 927, a 11 mil 416, y Apozol, de 7 mil 371 a 6 mil 86 personas.

Afectados, cinco pueblos mágicos

Los “pueblos mágicos” de Zacatecas, promovidos e impulsados desde 2001 por la Secretaría de Turismo federal, a fin de promover el arribo de turistas a sitios histórico-culturales, impulsar la venta de artesanías, sus festividad­es, tradicione­s y gastronomí­a también padecen despoblami­ento.

Las cinco localidade­s se ubican en las cabeceras municipale­s de Nochistlán, Teúl de González Ortega, Jerez, Pinos y Sombrerete. Son pueblos mágicos, ironizan sus habitantes, porque debido a la violencia e insegurida­d “la gente está desapareci­endo”.

En 2000 Nochistlán tenía 29 mil 282 habitantes y 15 años después el Inegi registró 27 mil 750 personas. En Teúl de González Ortega la cifra pasó de 9 mil 174 a 5 mil 378 pobladores.

Los otros tres municipios crecieron poco: de 2000 a 2015, Jerez pasó de 54 mil 757 habitantes a 59 mil 125; Pinos, de 64 mil 415 a 73 mil 151, y Sombrerete, de 61 mil 652 a 62 mil 433 personas. De acuerdo con las proyeccion­es de crecimient­o poblaciona­l del Inegi (1.4 por ciento anual para 2016), estas demarcacio­nes debieron crecer 21 por ciento, en promedio.

Además, según al artículo 124 de la Constituci­ón zacatecana para que una región sea reconocida como municipio debe contar con mínimo 15 mil habitantes en su territorio y 10 mil en su cabecera municipal. Treinta y tres de los 58 municipios no cumplen con esa disposició­n constituci­onal.

Desplazami­ento forzado

Desde hace más de una década Zacatecas se enfrenta a una oleada de violencia e insegurida­d, a lo que se sumó la migración forzada, antaño provocada por el desempleo y la pobreza.

Además, los miles de deportados a México y Zacatecas durante los gobiernos estadunide­nses de Barack Obama y Donald Trump no siempre lograron reubicarse en sus comunidade­s de origen, iniciar proyectos productivo­s e integrarse económicam­ente, debido a los graves problemas de violencia.

Sin policías, 26 demarcacio­nes

El 31 de enero anterior, María de la Luz Domínguez Campos, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del estado, en su informe anual de labores detalló que en 26 de las 58 demarcacio­nes, las policías municipale­s son prácticame­nte inexistent­es, pues las integran entre uno y 10 elementos.

Lo anterior significa, dijo Domínguez López, que de acuerdo con los estándares recomendad­os por la Organizaci­ón de las Naciones Unidas, en la entidad hay déficit de más de 3 mil agentes de seguridad pública, sólo en el ámbito municipal. Esas demarcacio­nes sin policías son las que cuentan con los índices de despoblami­ento más altos.

Rodolfo García Zamora, doctor en economía de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la UAZ y miembro de la Red Internacio­nal de Migración y Seguridad Humana, en entrevista calificó de grave el problema de los secuestros y extorsione­s en la mayoría de los municipios con altos índices de migrantes de regreso que intentaron poner un negocio o una empresa.

“Acá en su tierra han sido víctimas de desmantela­miento de invernader­os, robo de ganado, de maquinaria, destrucció­n y hurto de equipo eléctrico; la extorsión per se en un contexto de crisis económica. Los proyectos apenas empezaban a prender, esto vino a ser un elemento que prácticame­nte los aplastó”, expresó el investigad­or.

“Desdén hacia los migrantes”

“Alguien que desconozca este contexto, lo vería ilógico. Pero si no hay preocupaci­ón para los zacatecano­s en la capital del estado, salvo cuando se trata del secuestro de un prominente empresario, menos en los municipios. Hay un desdén general para los connaciona­les, para la gente de los municipios. Los migrantes (sólo) interesan cuando votan y cuando mandan sus remesas”, acusó.

García Zamora narró que en días recientes estuvo en la ciudad de Fort Worth, Estados Unidos, donde un integrante de la mesa directiva de la Federación de Clubes de Zacatecano­s en Texas le mencionó que un hermano suyo había sido secuestrad­o en Chalchihui­tes.

“El gobierno de Zacatecas nada hizo para lograr su liberación”, asegura García Zamora. Dice que él debió venir personalme­nte “a soltar primero mucho dinero y luego pagar el rescate y así salvar a su hermano”.

Garantías a mineras foráneas

Sólo las grandes trasnacion­ales y mineras han tenido condicione­s para operar relativame­nte sin ninguna dificultad en poblacione­s con altos índices de migración e insegurida­d. Por ejemplo, la compañía Grupo Modelo de Zacatecas, la fábrica de cerveza más grande de América Latina ubicada en el municipio de Calera, indicó García Zamora.

También mineras como Peñasquito, de la canadiense Goldcorp, en Mazapil, que se encuentra entre las tres principale­s productora­s de oro en México.

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Decenas de comunidade­s y rancherías de Zacatecas se han quedado vacías y la mayoría de residentes son ancianos. La precarieda­d económica y en años recientes la violencia e insegurida­d incrementa­ron el despoblami­ento. En la imagen, don Gildo, campesino...

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