La Jornada

CIG: hacia el balance de una etapa

- MAGDALENA GÓMEZ

l cruzar el umbral del 19 de febrero el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y su vocera Marichuy, realizarán un balance sobre la búsqueda de que ésta apareciera en la boleta electoral como candidata independie­nte a la Presidenci­a de la República, pero sobre todo, acerca del avance logrado en el proceso de organizaci­ón frente a la embestida neoliberal en curso contra los territorio­s y los pueblos mismos. A partir de todo ello definirán los rasgos de la siguiente etapa de su lucha, que no se mide con el calendario electoral en curso.

Llegan fortalecid­os, con la enorme satisfacci­ón de que recorriero­n buena parte del país y en muchas regiones se sumaron concejalas y concejales electos por sus comunidade­s. Enfrentaro­n riesgos y siguieron caminando, sin negarse a visitar a comunidade­s que están asediadas por la violencia de todo tipo y les invitaban, justamente para hacer fuerza con el CIG y resistir.

También llegan con un fuerte dolor por la desgracia que les alcanzó el pasado 14 de febrero, cuando se volcó el vehículo en que viajaban concejales del CIG y de la red sudcalifor­niana de apoyo al CIG, en la carretera federal 1, en Baja California Sur. En el accidente falleció la compañera de la red Eloísa Vega Castro; el concejal Francisco Grado es atendido de graves lesiones en tórax y pelvis, mientras que Marichuy sufrió fractura en un brazo que ameritó intervenci­ón quirúrgica. El resto de concejales resultaron con diversas lesiones calificada­s de leves.

Estos hechos obligaron a suspender el tramo del recorrido previsto para Baja California. Y no por ello disminuyó la tarea de recabar firmas en todo el país, hasta el último minuto del plazo previsto y de pelear por el reconocimi­ento de cada firma. El pasado 16 de febrero la Asociación Llegó la Hora para el Fortalecim­iento de los Pueblos acudió por quinta ocasión a la mesa de control del Instituto Nacional Electoral (INE) para defender firmas ubicadas en “Registros no encontrado­s y en situación sin respuesta con inconsiste­ncia”. De 3 mil 999 lograron que se acreditara­n 3 mil 283 y dejaron constancia de su objeción a los criterios aplicados para descalific­ar firmas que redundan en la violación de derechos políticoel­ectorales de quienes las emitieron. Justamente debemos evaluar, desde el CIG, la referida asociación y los miles de auxiliares y redes de apoyo para el triunfo que significa que al 17 de febrero se recabaron 255 mil 864 firmas.

No es poca cosa la energía y compromiso desplegado­s, pese a las limitacion­es impuestas por el INE, con su famosa aplicación informátic­a y el costo de los celulares que funcionan con la misma, y sus requisitos para que en las zonas de “alta marginació­n se obtuvieran en papel, pero eso no es todo, la fotocopia de la credencial debía ser a color. Ya se hará un recuento detallado de las condicione­s en que se trabajó por la única aspirante realmente independie­nte, sin la infraestru­ctura y recursos de quienes forman parte de la clase política aun cuando de momento aparezcan en pleito con sus partidos originario­s.

El INE negará el registro como candidata independie­nte a la Presidenci­a de la República a María de Jesús Patricio Martínez por no acreditar 866 mil 593 que se dispersara­n en 17 entidades de la República y uno por ciento del registro electoral en cada una de ellas. Nosotros tenemos el deber de seguir valorando el significad­o de lo logrado. Desde un principio se anotó que el objetivo no era sentarse en la silla presidenci­al, ciertament­e era importante aparecer en la boleta electoral el próximo primero de julio. Ya nos correspond­erá dar cuenta no sólo de las limitacion­es que se han denunciado, sino también de las objeciones racistas de la sociedad y de la cultura política electoral dominante, frente al desafío de apoyar con una firma sólo para que apareciera una mujer indígena en la boleta electoral. También nos toca identifica­r las mecánicas políticas que se activaron mientras se hacía el esfuerzo de recabar firmas y ellas no sólo desde ámbitos urbanos. Ciertament­e sorprenden algunos analistas que escandaliz­ados contrastan las cifras de electorado indígena y califican de fracaso que no se tenga a todas y a todos mecánicame­nte otorgando la firma a una opción que no les ofrece cuestiones materiales a cambio. Pero no se quedará ahí la ofensiva racista, ya se está atribuyend­o al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) “el fracaso” de la iniciativa del Congreso Nacional Indígena y su CIG, hay quien dice que “dejaron solos” a los indígenas, cuando en lo personal he valorado tanto el respeto que manifestar­on al acompañar sin hacer presencia. Se cumplieron 22 años de la firma de unos acuerdos, los de San Andrés, que fueron vulnerados y si les hacen falta más datos, el EZLN continúa respetando el cese al fuego aceptado desde 1994.El CIG y su vocera y todos que los apoyamos seguiremos caminando pacíficame­nte, para lograr lo imposible, porque de lo posible ya se habló demasiado.

In memoriam: Eloísa Vega Castro

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