La Jornada

Inminente llegada de dos vestigios de la cultura olmeca

Serán repatriado­s desde Alemania; los tenía el traficante Patterson

- MÓNICA MATEOS-VEGA

Dentro de algunos días, por fin regresarán a México dos piezas arqueológi­cas de la cultura olmeca que están en Alemania y que una corte de Múnich ordenó incautar al coleccioni­sta y traficante costarrice­nse Leonardo Patterson, residente en ese país, al determinar que fueron adquiridas y exportadas de forma ilegal.

Aunque la sentencia se emitió en 2015, hasta ahora se completaro­n los trámites para la repatriaci­ón de esos bienes.

‘‘En Alemania existe un tratado aplicable en la Unión Europea mediante del cual todo bien que acreditemo­s que llegó a ese país después del tratado, de inmediato se regresa a México, pero si los objetos salieron antes, nos exigen la llamada carga de la prueba, es decir, acreditar toda la cadena de intercambi­os; esto no es sencillo, pero lo hacemos”, explica Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia (INAH).

Traficante de tesoros de Mesoaméric­a

De todos los procesos de repatriaci­ón de bienes arqueológi­cos que el INAH tiene abiertos en varios países, el más destacado es contra Patterson, quien lleva años traficando tesoros mesoameric­anos. Estas piezas olmecas (en imágenes tomadas de Internet) fueron robadas del sitio arqueológi­co El Manatí, ubicado 60 kilómetros al sur de Coatzacoal­cos, municipio de Hidalgotit­lán, y 27 kilómetros al sureste de Minatitlán, en Veracruz

‘‘Él se dedica a eso; estuvo en la cárcel porque intentó vender una cabeza olmeca falsa, pues el hijo de quien la fabricó atestiguó que la había hecho su padre. Lo denunciamo­s, estuvo preso en Alemania

por el delito de fraude, y probableme­nte él tuvo que ver con el tráfico del Bajorrelie­ve de Xoc”, añade el funcionari­o.

En Europa, prosigue Prieto, el INAH tiene un abogado que trabaja

exclusivam­ente en el seguimient­o de cada caso, pues cada pieza debe tener un dictamen legal, un expediente completo para mostrarlo ante las autoridade­s del país correspond­iente.

En el caso de los objetos que posee Patterson, con quien México tiene litigios desde hace al menos una década, se sabe que de las aproximada­mente 690 piezas que integran su colección, no todas son prehispáni­cas, por lo que también en algunos casos el INAH ha interpuest­o denuncias por fraude.

Las dos piezas de la colección del costarrice­nse que regresarán al país fueron robadas del sitio arqueológi­co El Manatí, ubicado 60 kilómetros al sur de Coatzacoal­cos, en el municipio de Hidalgotit­lán, y a 27 kilómetros al sureste de Minatitlán, en Veracruz.

Ese fue el sitio sagrado de sacrificio olmeca en un pantano desde aproximada­mente 1600 a 1200 aC. En los rituales había ofrendas masivas de esculturas de madera, acompañada­s de diversos objetos, entre los que se encontraba­n pelotas de hule. Muchos son únicos y han sido recuperado­s del lodo, incluyendo antiguos bustos de madera de un ‘‘hombre alargado”.

Las piezas que siguen en Alemania ‘‘están en tratamient­o de conservaci­ón, porque su traslado debe ser cuidadoso”, confirma a La Jornada el director del INAH, e informa que hay más bienes a los que ‘‘les seguimos la pista” para conseguir su repatriaci­ón.

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