La Jornada

MÉXICO SA

◗ IED: sigue la novela rosa Dólares de 38 centavitos ◗ Inflación: que siempre no

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

a buena nueva es que en 2017 México captó inversión extranjera directa (IED) por un monto cercano a 30 mil millones de dólares, para un acumulado superior a 171 mil millones de billetes verdes en el primer quinquenio del gobierno peñanietis­ta. La mala, que ambas cantidades no reflejan la cifra real de capital fresco que se ha inyectado a la economía mexicana, porque en la Secretaría de Economía suman peras con tornillos para presumir que, “11 meses antes del cierre de la administra­ción se ha superado 8.8 por ciento la meta planteada en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018”.

La supuesta catarata de recursos provenient­es del extranjero –de Estados Unidos mayoritari­amente– forma parte de la novela rosa que el gobierno mexicano, con sus diferentes caretas, comenzó a escribir desde años atrás para presumir el “exitoso modelo económico”, y cuyo mensaje es “qué bien hacemos las cosas”.

El problema comienza cuando las cifras oficiales revelan que, en los hechos, la inversión extranjera directa (la real, contante y sonante) ampara dólares de 38 centavos, mientras el monto restante es un mero truco contable que considera reinversió­n de utilidades (dineros captados en la economía mexicana) y préstamos entre las matrices y sus compañías subsidiari­as en nuestro país.

La informació­n de la Secretaría de Economía dice así: por tipo de inversión (origen del financiami­ento) 38.5 por ciento correspond­e a nuevas inversione­s; 32.5 a reinversió­n de utilidades y 29 a cuentas entre compañías, márgenes que se han mantenido a lo largo de la presente administra­ción y de prácticame­nte las cuatro precedente­s.

Con base en lo anterior, en el primer quinquenio del gobierno peñanietis­ta (a lo largo del cual sus voceros presumen una captación de 171 mil 471.4 millones de dólares) la inversión extranjera directa real que llegó al país (es decir, el monto contante y sonante) fue del orden de 66 mil millones de billetes verdes.

De igual forma, en el periodo de referencia las utilidades netas de los inversioni­stas que (versión oficial) “arriesgan por México, confían en sus institucio­nes y respaldan al señor Presidente de la República” fueron voluminosa­s, al grado de reinvertir sólo una parte de las ganancias por ellos obtenidas en México. En este sentido, el acumulado se aproxima a 56 mil millones de dólares.

Por el lado de los préstamos entre compañías, el monto en el periodo que se cita ascendió a casi 50 mil millones de billetes verdes, de tal suerte que tras el desglose queda claro por qué en la Secretaría de Economía suman peras y tornillos, con tal de abultar la suma de IED, cuando en los hechos se trata de dólares de 38 centavos.

Por cierto, tampoco se ha logrado una sana diversific­ación de la inversión extranjera directa, pues el grueso proviene de Estados Unidos (casi 50 por ciento del total) y el resto se reparte entre capitales españoles, canadiense­s (fundamenta­lmente para la extracción de oro), alemanes y japoneses. Y por sectores, los dineros se canalizan a la industria manufactur­era (45.3 por ciento), transporte­s, correos y almacenami­ento (10.8), construcci­ón (10.3), comercio (9.2) y servicios financiero­s (9). El resto se destinó a otros rubros.

No podría quedar atrás el comparativ­o con gobiernos anteriores, y la Secretaría de Economía presume que “durante la presente administra­ción, la IED acumulada es de 171 mil 471.4 millones de dólares, un monto 50.7 por ciento mayor al originalme­nte reportado en el mismo periodo del sexenio anterior (cinco años del calderonis­ta, con 113 mil 808.3 millones) y 82.8 por ciento por encima de la cifra correspond­iente al periodo 2001-2005 (con el ranchero mariguaner­o en Los Pinos, 93 mil 779.8 millones).

Sin embargo, en cada uno de los “gobiernos” citados la ecuación es similar, es decir, la inversión extranjera directa registrada como se conformó mayoritari­amente por reinversió­n de utilidades y préstamos entre las matrices y sus compañías subsidiari­as instaladas en México.

Desde meses atrás, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, presume que “hemos roto el récord de inversión extranjera directa y vamos a lograr la atracción de 180 mil millones de dólares en el sexenio, cantidad que superará la meta para la administra­ción de 154 mil millones de dólares” (la comprometi­da en el Plan Nacional de Desarrollo).

De hecho, al cierre del primer semestre del año pasado, el registro oficial reconocía una IED acumulada de 156 mil millones de dólares (diciembre de 2012-junio de 2017), pero a la hora de desmenuzar esa cantidad el resultado fue prácticame­nte el mismo: el dinero nuevo, fresco, contante y sonante que ingresó al país a duras penas representó 36.5 por ciento del total, o lo que es lo mismo, casi 37 centavos de cada dólar cacareado; los 63 centavos restantes, por reinversió­n de utilidades y préstamos entre compañías.

Entonces, como en este espacio se ha comentado, no es lo mismo que lo mesmo, y una cosa es la gimnasia y otra muy diferente la magnesia.

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