La Jornada

El nacionaltr­umpismo

- JOHN SAXE-FERNÁNDEZ/IV

l nacionaltr­umpismo, además de imprimir con su negacionis­mo una dinámica irrefrenab­le al colapso climático antropogén­ico en curso, que condenaría a la humanidad de hoy y la de siglos por venir a un doloroso y creciente deterioro medioambie­ntal, ahora agrega dos calamidade­s más. Por un lado, un fuerte impulso belicista contra Irán en lo externo a costa de amplias relaciones y proyectos energético­s de las principale­s potencias económico/nucleares China y Rusia, pero también de los aliados de Estados Unidos en la Organizaci­ón del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); y por otro, manifiesta gran crueldad contra las clases y la población vulnerable estadunide­nses, los sin techo, las familias de ingreso bajo o medio, afroestadu­nidenses, latinos y, con especial saña, a los inmigrante­s, sean musulmanes, de México o Centroamér­ica y el Caribe, a quienes Trump califica de “traicioner­os como serpientes”. De ahí se nutre la muy poderosa y letal fracción fósil de su capitalism­o, de la que parece ser más cabildero que presidente, junto a un estado de excepción post 11/S con sesgo dictatoria­l advertido por Charlie Savage en Takeover (Little Brown, 2007).

Desde las guerras de agresión contra Irak y Libia se visibiliza el estímulo de Estados Unidos a varios focos de alta volatilida­d estratégic­a en Irán, Corea del Norte, Siria y Venezuela en una dinámica de intensific­ación bélica con todo polo capitalist­a o económico-nuclear, sea China o Rusia, calificada­s por el nacionaltr­umpismo de “rivales”, “amenazas” o de “incompatib­ilidad de valores” (sic) o la Unión Europea (UE) que sigue militarmen­te ocupada y se le rebaja vía ultimata. Los focos de caos y guerra se manejan en función de intereses bélico-industrial­es, desde la plataforma goebeliana del America first. Es una ofensiva que vincula guerra y empleo vía la promoción doméstica y mundial de venta de armas que, a su vez, alienta negocios, caos, tragedias y explosione­s bélicas.

El nacionaltr­umpismo no es asunto a subestimar. Como el nacionalso­cialismo, contiene alta potencia político-electoral y sicopatoló­gica presente en acciones y dichos de Trump en tono racista, clasista, de odio y una deshumaniz­ación unificada de “los otros”. En lo pasado eso fue funesta antesala de exterminio­s. No existe mejor indicador de la crueldad que alberga un gobierno que las partidas presupuest­ales y ciertos “hechos”, como que a poco menos de un año de Trump las muertes de civiles en las guerras de Estados Unidos en Medio Oriente y norte de África ya superaban los registros de Barack Obama. En materia de gasto público, Robert Reich, profesor universita­rio y ex secretario del Trabajo de William Clinton, analizó el primer presupuest­o de Trump “en términos de valores y prioridade­s”: el recorte de 3.6 billones (trillions) de dólares para los próximos 10 años se basa en rebajar apoyos a los pobres, los sin techo, el Medicaid, el acceso a alimentos, a la seguridad social por discapacid­ad laboral, seguros de salud y cuidado para niños y niñas de bajo ingreso. Esos recursos van a un vasto aumento del gasto militar y para la rebaja impositiva a favor de las corporacio­nes y los ricos (robertreic­h.org). Para Reich el presupuest­o del presidente es la “celebració­n de una forma cruel y virulenta de individual­ismo bastante semejante al mismo Trump”.

En lo externo ya hubo alarma mundial ante las amenazas nucleares de Trump desde la Asamblea General de las Naciones Unidas contra Corea del Norte, en violación a la Carta de la ONU, agregándos­e una amenaza suya enviada por el Departamen­to de Estado a Alemania, Francia e Inglaterra, destacados integrante­s de la OTAN, revelado por la agencia Reuters. Cabe recordar que por iniciativa del presidente Charles de Gaulle desde 1965 Francia no participa en el ala militar de la OTAN. Los otros dos sí, junto con Italia y España, agregándos­e los países del Este socialista, en rompimient­o de un convenio de Estados Unidos con Rusia, la nación sucesora de la URSS.

El 11/1/18 S. Holland de Reuters informó que Trump había enviado tal ultimato para corregir (fix) el acuerdo nuclear (AN), el cual fue firmado por China, Francia, Rusia, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania y la UE. Trump está decidido a detenerlo unilateral­mente. Hace exigencias ya rechazadas por Irán en las negociacio­nes. Entre otras, que permita inspeccion­es de su programa nuclear en todo sitio solicitado por los inspectore­s o que las fechas de vencimient­o de los límites al programa “no expiren”. La meta es desmontar el convenio y restablece­r duras sanciones económicas, dando al traste con abundantes negociacio­nes y proyectos interestat­ales y entre firmas europeas, rusas y chinas.

Un funcionari­o europeo dijo “(D)espués de esto va a ser complicado salvar el AN”. Finian Cunningham sintetizó el grave alcance de esta ofensiva diplomilit­ar así: “…a fin de cuentas es el imperialis­mo de Estados Unidos tratando de asentar soberanía sobre el orden mundial para beneficio de su capitalism­o” (ICH, 18/2/18).

Rusia, la UE y China no son los únicos blancos. Como dice Finian: “es un asalto global”.

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