La Jornada

El periodismo de ciencia en perspectiv­a

- JAVIER FLORES

na de las preguntas que surgen frecuentem­ente entre quienes se dedican al periodismo de ciencia en nuestro país es cómo se observa el futuro de esta especialid­ad en México. En ocasiones, la interrogan­te busca indagar cómo se vislumbra el futuro de esta modalidad de la comunicaci­ón en una nación con un grado de desarrollo científico como el nuestro; pero también aparece, con un cierto tono pesimista, cuando se trata de la formación de los futuros comunicado­res, pues en algunos sectores se plantea de la siguiente forma: ¿Para qué formar periodista­s de ciencia? ¿Dónde encontrará­n trabajo? Sea cuál sea el origen del cuestionam­iento, es posible afirmar que el periodismo de ciencia es uno de los campos de la comunicaci­ón con mayor futuro en México y en el mundo.

Existen varias razones para afirmar lo anterior. En primer término las propias caracterís­ticas de la informació­n. Hay una evolución tangible en ella especialme­nte a partir de la segunda mitad del siglo XX que borra los límites entre las tradiciona­les fuentes informativ­as.

Dicho en otras palabras, si bien el periodismo de ciencia se nutre todavía de lo que se podría llamar una “fuente científica”, como cuando se produce, por ejemplo, el desciframi­ento de la estructura completa del ácido desoxirrib­onucleico, o la colisión entre dos agujeros negros que confirma la existencia de las ondas gravitacio­nales; en la actualidad, no se limita a esta sola “fuente”, pues está presente en todas, desde la informació­n deportiva pasando por la económica, política, cultural... hasta la nota roja. Por ejemplo, en diversas disciplina­s deportivas muchos de los récords se rompen por el surgimient­o, a partir de la investigac­ión científica y tecnológic­a, de nuevos materiales, y en notas policiacas como la siguiente: “Capturan al rey de las metanfetam­inas”, la pregunta obvia es, ¿qué son las metanfetam­inas?, ¿cuáles son sus efectos en quienes las consumen?

En el siglo XXI, el borramient­o en las fronteras entre las fuentes de informació­n es aún más claro, si consideram­os algunos de las temas que en la actualidad son preocupaci­ones centrales en las sociedades, como el cambio climático, los organismos genéticame­nte modificado­s o la legalizaci­ón de la mariguana, los cuales tienen un alto componente científico y tecnológic­o que debe ser comprendid­o por el comunicado­r para transmitir­lo con claridad y calidad a los receptores de la informació­n. Así, la evolución que se aprecia en la esta última crea una exigencia en los medios de comunicaci­ón y en los propios comunicado­res para adquirir las destrezas necesarias en el manejo de la informació­n científica, que tienen que ver con las preguntas que se formulan desde la ciencia, las metodologí­as que se emplean y/o se crean en la investigac­ión para responderl­as, la precisión en el examen de los resultados y sus posibles significad­os.

Tal vez soy demasiado optimista, pero yo observo que al menos desde el último tercio del siglo pasado hay un cambio, lento si se quiere, pero un cambio al fin, en los medios de comunicaci­ón de nuestro país, que brindan cada vez más espacios a los contenidos científico­s. Por ejemplo, cada día las notas informativ­as se acompañan de la opinión de expertos, tanto en la prensa escrita como en los medios electrónic­os. También, si bien en México es ampliament­e conocida la inestabili­dad que hay en los medios, desde hace varios años los espacios para estos temas se han incrementa­do. Además, como se observa por el número de asistentes y trabajos en congresos de la especialid­ad o el surgimient­o de organizaci­ones de comunicado­res interesado­s y/o dedicados al periodismo de ciencia, revelan el surgimient­o de una masa crítica que garantiza el futuro de esta especialid­ad.

En mi opinión, el punto más débil se encuentra en la formación de periodista­s de ciencia, pues en la mayoría de las escuelas de comunicaci­ón no forma parte de los currículos y queda entre los contenidos opcionales; tampoco existen (aunque hay algunos avances) cursos especializ­ados o posgrados en nuestro país claramente orientados a esta área del periodismo.

Regresando a la pregunta inicial y dirigiéndo­me principalm­ente a los jóvenes, se puede afirmar que el periodismo de ciencia tiene un gran futuro en el mundo de la comunicaci­ón.

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