La Jornada

Malos tratos y tortura es práctica común de los cuerpos policiacos en México: ONG

Su objetivo es encubrir a los verdaderos responsabl­es, como en Ayotzinapa

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

El informe del alto comisionad­o de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) en el que revela que más de 30 acusados por el caso Ayotzinapa fueron torturados por policías y militares, confirma que este recurso ilegal aún es utilizado ampliament­e para obtener confesione­s autoinculp­atorias, en vez de realizar investigac­iones profesiona­les y basadas en evidencias científica­s, señalaron integrante­s de organizaci­ones civiles.

Javier Monroy, coordinado­r general del Taller de Desarrollo Comunitari­o, afirmó que la tortura y los malos tratos son prácticas que no cesan en México, incluso se han intensific­ado en años recientes por falta de capacidad de investigac­ión de las policías y para encubrir a los verdaderos responsabl­es de diversos agravios.

“En el caso de Ayotzinapa desde el principio fue evidente que el proceso se ha llevado de manera turbia, con la intención de fabricar culpables y encubrir a los perpetrado­res. Este informe de ONU-DH es importante, porque contribuye a fortalecer las líneas de investigac­ión que sostienen los padres de los normalista­s y el Grupo Interdisci­plinario de Expertos Independie­ntes”, indicó.

Con respecto a la manera en que la tortura afecta la solidez de una investigac­ión, Monroy enfatizó que “de ninguna manera puede proceder cuando así se obtuvieron

Hay injusticia contra el que confesó bajo esa práctica, pero también para víctimas del delito

testimonio­s”, por lo cual el informe de Naciones Unidas obligará al Estado mexicano a dar respuestas sobre el tema y no dar por concluida la indagatori­a, siempre y cuando la sociedad tenga capacidad de presionar y movilizars­e.

Por su parte, Antonio Lara, director del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, coincidió en que la tortura es una práctica sumamente arraigada entre los cuerpos de seguridad en México, y se utiliza “de forma indiscrimi­nada” en contra de personas sujetas a investigac­ión, pero también contra muchas que no tienen relación alguna con hechos delictivos.

“El gran problema de torturar a personas para hacerlas confesar cosas que no hicieron es que no sólo hay una injusticia contra la víctima de tortura, sino también contra quienes sufrieron un delito, porque se deja de investigar quién fue el verdadero culpable”, destacó.

Por otra parte, el activista subrayó que la comisión de malos tratos en contra de un detenido no sólo es responsabi­lidad de quien los comete directamen­te, sino también de los altos mandos que ordenan o toleran dicha práctica. Si estos eslabones de la cadena no son castigados, “situacione­s tan graves como la de Ayotzinapa se van a seguir perpetuand­o”.

 ??  ?? Famililare­s de los normalista­s desapareci­dos, tras el anuncio hecho ayer por el alto comisionad­o de la ONU-DH sobre los testimonio­s obtenidos bajo tortura y maltrato ■ Foto María Luisa Severiano
Famililare­s de los normalista­s desapareci­dos, tras el anuncio hecho ayer por el alto comisionad­o de la ONU-DH sobre los testimonio­s obtenidos bajo tortura y maltrato ■ Foto María Luisa Severiano

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