Cuenta Ssa con un código de conducta
decía en serio lo del nombre. Las relaciones se rompieron y la joven familia se mudó a Kabul.
Su vida no puede ser más diferente de la que disfruta el homónimo de su hijo, que pasa su tiempo entre la Casa Blanca y su lujosa residencia en Florida.
Los cinco miembros de la familia viven hacinados en un austero cuarto que da a un pequeño patio con un baño exterior y que alquilan por 30 dólares al mes.
Frente a su verja metálica discurre un laberinto de calles de tierra apenas suficientemente amplias para que pase un coche, casas de ladrillos de barro y pútridos desagües abiertos.
Durante la entrevista, la madre de Donald Trump, Jamila, lava la ropa de la familia en una pequeña máquina exterior mientras vigila a la hija de la pareja, Fátima, de nueve años, y a su hermano Karim, de ocho.
Pese a la controversia, estos padres no han infringido ninguna ley al darle a su hijo un nombre no islámico, afirma Rohulá Ahmadzai, un alto responsable de la Oficina de Registro Civil de Kabul.
Asegura que tienen el derecho legal “de llamar a su hijo como quieran”.
A Sayed le preocupa la seguridad La Secretaría de Salud cuenta con un código de conducta para los servidores públicos del sector, orientado a fomentar el respeto a los derechos humanos, preservar un ambiente de respeto, solidaridad, equidad, desarrollo y libre de cualquier forma de violencia y discriminación. También impulsa acciones para prevenir el hostigamiento y acoso laboral y/o sexual.
La guía está orientada a fomentar, asimismo, la prevención de conflictos de interés y de actos de corrupción. De igual manera se pronuncia en contra de la entrega o el uso de la información de los padrones de beneficiarios de programas gubernamentales fuera de las funciones encomendadas.
El documento señala que los servidores públicos deben conducirse con legalidad, honradez, lealtad, eficacia e imparcialidad. En este punto, se resalta que deben dar a la población en general el mismo trato, no conceder privilegios o preferencias a organizaciones o personas, ni permitir que influencias, intereses o prejuicios indebidos afecten su compromiso para tomar decisiones o ejercer funciones de manera objetiva.