¿DESMEMORIA DEL MILITAR?
El pasado jueves 15 fue publicada en diversos medios de comunicación la afirmación del director de Derechos Humanos de la Sedena, José Carlos Beltrán, acerca de que las fuerzas armadas no son responsables de la violencia. Es pertinente preguntar al general Beltrán ¿de qué sí son responsables, entonces? Para nadie resulta extraño que desde 2006, cuando las fuerzas armadas salieron a las calles, las ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, torturas y secuestros han aumentado, en especial en aquellos lugares donde las fuerzas armadas actúan “a petición expresa”.
El general Beltrán dice que la delincuencia organizada es la responsable, que la venta de armas les dio poder de fuego, pero no nos dice quién los entrenó para el uso de esos equipos, cómo pueden moverse por todo el país y crear grandes operativos en los que toman pueblos y barrios, arrasan con comunidades, así como tampoco por qué militares estuvieron presentes durante la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014. ¿Qué le hace pensar que somos ingenuos?
Dice el general Beltrán: “militarización y suplantación sería que las fuerzas armadas detuviéramos, investigáramos, sancionáramos… que los lleváramos a tribunales y prisiones castrenses”; entonces, de acuerdo con sus palabras, resulta que hemos estado frente a una militarización y suplantación desde 1968, cuando las fuerzas armadas hicieron precisamente eso, detener, investigar y encarcelar en prisiones militares a estudiantes, trabajadores y comunistas. ¿Acaso no sabe que los 557 compañeros desaparecidos del Comité ¡Eureka! han estado detenidos en cárceles militares?
Y finaliza argumentando a favor de la Ley de Seguridad Interior: “es una Ley de coordinación de todas las autoridades civiles y, en su momento, las militares” ¿Sabía usted, general Beltrán, que en 1976 la Brigada Blanca, encargada de exterminar y desaparecer a nuestros hijos y hermanos, fue exactamente eso, una coordinación entre militares y civiles? Es evidente que el general Beltrán está al tanto de todo lo aquí expuesto, es sólo que cree que nosotros, la sociedad, somos ingenuos.