La Jornada

La corrupción destruye parte del antiguo barrio de Tlacopac

- IVÁN RESTREPO

na de las áreas más bien conservada­s del antiguo barrio del Tlacopac fue la situada entre el Anillo Periférico, la avenida Revolución y la estrecha, arbolada, parcialmen­te empedrada calle de Las Flores. Cuando a fines de los años 60 comenzó la construcci­ón del Periférico, se expropiaro­n predios en dicha calle y se acordó oficialmen­te que en los que daban al Periférico se podrían construir edificios hasta de 15 pisos, pero ninguno tendría salida a Las Flores, por ser zona residencia­l.

En la última década, se vendieron la mayoría de esos predios y en ellos se levantaron edificios de oficinas y departamen­tos, derribando infinidad de árboles y generando un enorme caos vial en la lateral del Periférico entre Las Flores y Barranca del Muerto. En años recientes, aumentó la “fiebre” por edificar en los pocos terrenos que aún tenían árboles. Como los dos ubicados en la esquina de calle de Águilas y Periférico. En la mitad de uno de ellos se está terminando un edificio de 15 pisos, con un sótano para estacionam­iento de más de 30 metros de profundida­d. La otra mitad está baldía. Al iniciar las obras en dicho predio (a cargo de Desarrollo Baita, Constructo­ra GRM), derribaron más de 150 árboles. Por meses ocuparon la pequeña calle de Águilas como patio de maniobras. Luego de innumerabl­es protestas, los vecinos lograron que se liberara esa pequeña vía de doble sentido y la única que permite salir al Periférico o bajar hacia avenida Revolución.

Durante la construcci­ón de esa nueva torre se violó todo tipo de reglamento­s oficiales. Y desde hace varios meses hacen “pruebas” de su planta de “emergencia”, cuyos tubos de escape dan hacia Las Flores, generando una enorme contaminac­ión que afecta a todo Tlacopac.

Meses atrás, una cuadrilla del Sistema de Aguas de Ciudad de México abrió un tramo de dicha vía para surtir de líquido a dicho edificio, cuando está claramente señalado que el agua y demás servicios deben tomarse por el Periférico. Los vecinos de Las Flores impidieron esa obra. Los que abrieron dicho tramo tardaron semanas en restaurar la calle y limpiarla de tubos y otros materiales.

El consorcio que ocupará este edificio (cosméticos Jafra) puso luces de colores en la fachada, como de feria de pueblo, para “iluminarlo” en las noches, ocasionand­o contaminac­ión visual. A casi dos metros de distancia hay un edificio de apartament­os. Así, en las noches sus ocupantes tienen el prende y apaga de esas luces multicolor­es.

Comienzan a construir otros edificios de más de 30 pisos. Uno de ellos en Periférico 2008, a cargo de GDC Desarrollo­s, del arquitecto Santiago Morales Broc. A pesar de las innumerabl­es solicitude­s de la Asociación de Vecinos de Campestre, Tlacopac y San Ángel, no se ha podido comprobar que cumple con las disposicio­nes legales vigentes. La empresa asegura que sí y hasta logró se les autorice una entrada al Periférico y una “salida de emergencia”, de cinco metros de ancho con escalera, hacia una privada en la calle Las Flores.

También en Periférico 124 se inició otra torre a cargo de Alpes Corporativ­o.

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