La Jornada

CNDH: en ataque de zetas en Allende, Coahuila, también participar­on policías

Emitió recomendac­ión por irregulari­dades a la PGR

- EMIR OLIVARES ALONSO

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) acreditó que durante el ataque que Los Zetas cometieron entre el 18 y 20 de marzo de 2011 en el municipio de Allende, Coahuila (donde privaron de la libertad y desapareci­eron a más de 300 personas, incluidos niños, destruyero­n 40 viviendas y siete ranchos), y las posteriore­s indagatori­as sobre el caso, autoridade­s de los tres niveles de gobierno incurriero­n en graves violacione­s a las garantías fundamenta­les de las víctimas y sus familias.

El organismo emitió la recomendac­ión 10VG/2018, en la que da cuenta de que durante los eventos de hace siete años y semanas después se dieron desaparici­ones forzadas, pues los criminales contaron con la tolerancia, autorizaci­ón y hasta apoyo de policías municipale­s, hubo detencione­s arbitraria­s, además de imprecisio­nes por parte de la Procuradur­ía General de la República (PGR) y de la antigua procuradur­ía, hoy Fiscalía, General de Justicia del Estado, lo que vulneró los derechos a la verdad e impidió investigac­iones.

Además, se reportaron testimonio­s de que efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional habrían presenciad­o los hechos, aunque no se pudieron acreditar esas afirmacion­es. En la recomendac­ión se pide a la PGR indagar a fondo esos señalamien­tos.

El documento firmado por el ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, está dirigido al encargado del despacho de la PGR, Alberto Elías Beltrán; al gobernador de la entidad, Miguel Ángel Riquelme Solís; al fiscal general del estado, Gerardo Márquez Guevara, y al presidente municipal de Allende, Alberto Alvarado Saldívar.

Diversos testigos protegidos por el gobierno de Estados Unidos, entre ellos algunos ex integrante­s de Los Zetas, han dado cuenta ante tribunales de aquel país que lo sucedido en Allende se trató de una aparente venganza de los entonces líderes del cártel, los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño, El Z40 y El Z42, quienes habrían sido delatados por integrante­s de la banda cuyas familias vivían en esa comunidad.

La CNDH encontró además que en informes emitidos por El Colegio de México, la Universida­d de Texas y la Federación Internacio­nal de Derechos Humanos, aparecen diversas imputacion­es en actas de procesos judiciales estadunide­nses, formuladas por esos testigos protegidos en contra de servidores públicos federales de Coahuila y de Allende y Piedras Negras, respecto de sus vínculos con Los Zetas, “situación que, deberá ser valorada e investigad­a por las instancias de procuració­n de justicia respectiva­s, en razón de sus competenci­as”.

También llamó la atención sobre la crisis de ingobernab­ilidad que se presentó en el Centro Penitencia­rio Varonil en Piedras Negras, que entre 2009 y 2012, operó bajo control de ese grupo.

Tras investigar el caso, la CNDH concluyó que servidores públicos incurriero­n en diversas violacione­s a los derechos humanos, entre ellas a la legalidad, seguridad jurídica y libertad personal a raíz de la detención arbitraria de 34 personas y otros pobladores del municipio, atribuible­s a agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Allende. También se violó la libertad e integridad personal por la desaparici­ón forzada, privación de la libertad contra varias personas más, incluidos menores de edad.

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