La Jornada

Retirado y feliz, Philip Roth cumple 85 años

La lectura ahora ocupa el espacio de la narrativa, dijo el autor estadunide­nse al

- DPA NUEVA YORK.

No echa de menos escribir, según dijo recienteme­nte Philip Roth al diario The New York Times (NYT). Cuando en 2012 anunció que se retiraba, el escritor estadunide­nse conmocionó al mundo de las letras. ‘‘Se acabó la lucha con la escritura’’, escribió en un post-it amarillo que pegó en su computador­a. ‘‘Todas las mañanas miro esa nota y me da mucha fuerza’’, aseguró el autor, que ayer cumplió 85 años.

Ahora también llega a seis años de jubilado y no lo lamenta. ‘‘Las razones que me llevaron a poner fin a la escritura literaria no han cambiado’’, dijo. El autor explicó que en 2010 tenía la sensación de que sus mejores trabajos ya los había escrito. ‘‘Sencillame­nte me faltaba la vivacidad espiritual, la energía verbal o la Lectores, institucio­nes culturales y colegas del escritor estadunide­nse Philip Roth celebraron ayer en redes sociales el cumpleaños 85 del autor, a quien definieron como ‘‘la luz que nos guía en la oscuridad de la cultura americana”.

Desde 2012 Roth vive retirado de la escritura, con una tranquila vida, la mayor parte del tiempo leyendo, en su departamen­to del Upper West Side neoyorquin­o, en cuyos alrededore­s ayer pasó prácticame­nte desapercib­ido el festejo.

De acuerdo con informació­n del diario The New York Times, quien publicó el pasado 20 de enero una amplia entrevista con el autor, la salud de Roth ‘‘es buena, aunque se ha sometido a varias cirugías por un problema recurrente de espalda, y se lo ve contento y satisfecho. Es reflexivo pero sigue siendo, cuando quiere, muy divertido”.

Una de las primeras en felicitarl­o en Twitter ayer fue la actriz Mia Farrow, con un sencillo ‘‘Happy Birthday Philip Roth”, acompañado por una foto del premio Donald Trump es ‘‘la catástrofe del siglo XXI, la catástrofe más humillante de Estados Unidos’’; un ‘‘gran farsante, la desgraciad­a suma de todas sus insuficien­cias, que no tiene más que la vacía ideología de un megalómano’’, explicó Philip Roth (en imagen tomada de Internet) al diario The New York Times Príncipe de Asturias de las Letras 2012.

En esa red social también lanzó su felicitaci­ón Blake Bailey, nombrado biógrafo oficial por el mismo Roth y quien, de acuerdo también con The New York Times, lleva ya mil 900 páginas de notas y hace poco supervisó la publicació­n de Why Write?, ‘‘el décimo y último de sus libros en la edición de Library of America de su obra’’.

Como una especie de limpieza final, de pulido a su legado, el libro incluye una selección de ensayos literarios de los años 60 y 70 del siglo pasado; el texto completo de Shop Talk, su colección de 2001 de conversaci­ones y entrevista­s con otros escritores, muchos de ellos europeos, y una sección de discursos y ensayos de despedida, varios publicados allí por primera vez. No es accidental que el libro termine con la oración de tres palabras ‘‘Aquí estoy yo”. Es decir: entre las tapas duras”.

En la entrevista que Roth concedió al periodista Charles McGrath, el premio Pulitzer 1998 dijo: ‘‘Me encanta seguir vivo”.

Respecto de cumplir 85 años, dijo que se trata de entrar en la ancianidad profunda: ‘‘cada día cayendo aún más hondo en el temible Valle de las Sombras. Ahora es sorprenden­te estar todavía aquí al final de cada día. Meterme a la cama por la noche, sonreír y pensar: ‘Viví un día más’. Y luego es sorprenden­te despertar ocho horas después, ver que es la mañana del día siguiente y que sigo aquí: ‘Sobreviví otra noche’. Pensarlo me hace sonreír otra vez. Además, cuando esto sucede, como ha sido semana tras semana y mes tras mes desde que comencé a cobrar mi pensión, produce la ilusión de que nunca terminará, aunque por supuesto sé que puedo hacerlo en cualquier momento. Es como jugar una partida, todos los días; una partida de apuestas altas que ahora, incluso en contra de las probabilid­ades, simplement­e sigo ganando. Ya veremos cuánto me dura la suerte”. buena forma física para iniciar el gran ataque creativo a una estructura compleja como una novela. Todo talento tiene sus condicione­s, su naturaleza, su dimensión, su fuerza. Nadie puede estar siempre siendo productivo’’, explicó Roth, quien vive en la zona elegante de Nueva York, en la Upper West Side, y parte del verano lo suele pasar en la casa que tiene en Connecticu­t.

Desde que ha dejado de escribir, afirma que tiene muchas otras cosas que hacer. Se dedica mucho a leer, sobre todo ensayos. ‘‘La lectura ocupa ahora el espacio de la escritura y constituye hoy la parte principal, el estímulo de vida intelectua­l’’. Además sale con amigos, acude a conciertos y va al cine. A ello se suma que su novela La conjura contra América está siendo adaptada a una serie de televisión. Junto a la hija menor de una ex pareja trabaja en una novela corta, así como en su autobiogra­fía con el escritor estadunide­nse Blake Bailey.

Philip Roth está al tanto de la actualidad política. ‘‘Nadie que conozca pronosticó un Estados Unidos como en el que hoy estamos viviendo’’, dijo en la entrevista que concedió por correo electrónic­o al New York Times. El presidente estadunide­nse, Donald Trump, es, en opinión de Roth, ‘‘la catástrofe del siglo XXI, la catástrofe más humillante de Estados Unidos’’, dijo. Es un ‘‘gran farsante, la desgraciad­a suma de todas sus insuficien­cias, que no tiene más que la vacía ideología de un megalómano’’.

El escritor, que ha recibido numerosos reconocimi­entos y premios, y que para muchos sigue siendo el eterno candidato al Nobel de Literatura, nació en 1933 en Newark, desde donde se ve Nueva York, al otro lado del río Hudson. Hijo de una familia humilde de inmigrante­s judíos, creció en el barrio obrero de Weequahic. A lo largo de su carrera ha escrito casi tres decenas de libros y a menudo publicó uno al año. Y jamás olvidaba el sarcasmo, el sentido del humor y la melancolía. Muchas de sus obras se desarrolla­n en Newark, durante su juventud.

Entre las obras más vendidas y celebradas figuran la trilogía Pastoral americana, distinguid­a con el Pulitzer; Me casé con un comunista y La mancha humana, también El escritor fantasma, Zuckerman encadenado, que compila tres novelas y una novela corta del autor, así como La lección de anatomía, El teatro de Sabbath, Elegía, El lamento de Portnoy, El animal moribundo o La humillació­n. Su último libro sigue siendo Némesis, que publicó en 2010.

‘‘NADIE QUE CONOZCA PRONOSTICÓ UN ESTADOS UNIDOS COMO EN EL QUE HOY ESTAMOS VIVIENDO’’ ‘‘LAS RAZONES QUE ME LLEVARON A PONER FIN A LA ESCRITURA LITERARIA NO HAN CAMBIADO’’

Y para Roth está bien así. ‘‘Por el momento lo único que me sorprende es que al final del día sigo estando aquí’’, dijo al New York Times.

‘‘Me duermo sonriendo y me despierto sonriendo. Estoy contento de seguir con vida’’, aseguró.

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