Venezuela despide al maestro Abreu, fundador de El Sistema
Alumnos y colegas dieron el último adiós entre aplausos y llanto
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Miles de venezolanos desfilaron ayer frente al féretro de José Antonio Abreu, economista y ex legislador convertido en músico visionario, fundador de una red de orquestas sinfónicas infantiles y juveniles que convirtió a Venezuela en poderoso productor de músicos talentosos.
La muerte de Abreu fue anunciada el sábado por sus familiares. No se señaló la causa, pero había estado luchando con varias enfermedades desde que hace unos años se retiró de El Sistema, como se conoce al programa de educación musical.
El féretro con los restos mortales de Abreu fue recibido a primera hora de la mañana en la sede de El Sistema con honores militares. La capilla ardiente se instaló en la sala de conciertos del recinto, donde una orquesta sinfónica y coros, en que se turnaron sus discípulos de variadas edades, rindieron homenaje con piezas memorables de compositores como Bach y Beethoven, entre otros.
Antes de ser trasladado a la sede de El Sistema, el presidente Nicolás Maduro ofreció un homenaje final a Abreu y colocó sobre su féretro una copia de la espada de Simón Bolívar, que El Libertador recibió en 1825 tras el triunfo en las batallas de Junín y Ayacucho.
Maduro también decretó tres días de duelo nacional y dijo: “Un gran hombre partió físicamente; él ya trascendió, pero su obra está en los barrios de Venezuela”.
Chicos que integran El Sistema, emblemático plan estatal fundado en 1975 para llevar la música a miles de niños y jóvenes de sectores populares, ejecutaron réquiems frente al féretro de Abreu. Muchos lloraban mientras tocaban sus instrumentos.
“Mi vida se la debo a él”, declaró Pedro Carrero, trombonista de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, formado en esta red de músicos y ahora profesor, durante el homenaje, en el salón principal del Centro de Acción Social por la Música, base de la institución.
Viejos discípulos y centenares de venezolanos participaron en el tributo a quien impulsó el Sistema de Orquestas, hoy casa de unos 900 mil alumnos en Venezuela y un formato de enseñanza que se repite en al menos 50 países.
“No hay palabras de consuelo”, comentó la violinista Hisvett Garrachán, también parte de este tejido de más de mil 500 orquestas y coros que Abreu impulsó a lo largo de más de cuatro décadas en el país caribeño.
Un niño tomó la batuta para dirigir la ejecución del himno nacional después de la entrada del ataúd con los restos al lugar, franqueado por músicos vestidos de negro.
Luces con los colores amarillo, azul y rojo de la bandera venezolana fueron proyectados sobre el gigantesco