¿CÓMO ACABA SU VIDA LABORAL UN PROFESOR DE LA UNAM?
Ante las recientes reformas educativas de la Secretaría de Educación Pública y el gran número de profesores que participan en los concursos por una plaza de carrera en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) deberíamos preguntarnos cómo termina la vida laboral de un profesor después de que en los 30 años recientes ha soportado una caída brutal de su salario real, situación que lo presiona cada quincena, cada día, más cuando un maestro ha decidido formar una familia y se ve incapaz de satisfacer todas sus necesidades, después de haber concursado una, dos o tres veces por una plaza de carrera que dé estabilidad económica a él y su familia.
Cada concurso conlleva una devastación emocional por ver frustradas sus legítimas aspiraciones académicas y laborales; poco a poco se pasa de un estrés laboral a un estrés que los sicólogos definen como el síndrome de burnout, del trabajador quemado, un progresivo agotamiento físico y mental.
En la Gaceta UNAM vemos a los profesores exitosos que triunfan en México y el extranjero, pero quedan ocultos cientos que han entregado la mayor parte su vida a la UNAM y con el modelo neoliberal basado en la productividad y la deshumanizada competencia terminan en la situación descrita. El editorial de ayer en La Jornada resalta los datos significativos del Observatorio Métrica Ciudadana sobre la decisión del gobierno de negar a Petróleos Mexicanos la asignación de los campos donde se encuentran las reservas petrolíferas más importantes, en las cuencas del sureste, y entregarlas a trasnacionales.
Pero la situación –a 80 años de la expropiación petrolera decretada por el gobierno de Lázaro Cárdenas– a demanda de los movimientos obreros y populares, es aún más grave, pues en todas las rondas
y las asignaciones hechas hasta hoy, las empresas extranjeras se han apoderado de la mayoría de las subastas en la extracción, distribución, almacenamiento y venta de nuestros energéticos.
En específico, la postura de Cuauhtémoc Cárdenas es política e ideológicamente más clara en términos nacionalistas, que la de Andrés Manuel López Obrador, pues mientras éste dice que va a revisar y analizar los contratos y va a hablar con Peña Nieto para que los detenga (mientras el Presidente y sus operadores, incluyendo Meade, se aferran a la reforma energética como el logro económico-político más grandioso de su nefasto sexenio); aquél, contundente, señala que se puede y debe revertir.
Así la desexpropiación peñanietista puede volverse rexpropiación. Este planteamiento se vuelve elemento nodal de la lucha político-social del pueblo-nación mexicano contra el neoliberalismo.
Los movimientos y organizaciones antineoliberales, nacionalistas y progresistas debemos responder en la actual coyuntura, respecto de este importante asunto para el país, al impulsar que se echen abajo todas las reformas neoliberales nocivas a los intereses populares, en especial la energética. Su reversión es una batalla clave en la defensa de los recursos estratégicos de la nación. Estuve en Cuba del 20 de diciembre de 2017 al 8 de enero de 2018, y no realicé ni reconozco las siguientes disposiciones de efectivo de mi cuenta Nómina, que eran parte de mi aguinaldo: 4 mil 505 pesos, el 28 de diciembre de 2017; 8.12 pesos, el 29 de diciembre, y 231.32 pesos el 5 de enero de 2018, lo que da un total de 4 mil 744.44 pesos.
El 10 de enero hice un reporte, con folio 1421833, y el 22 de febrero, otro, con folio 1443524. En línea Azteca una grabación me dice: “Conforme a lo solicitado y analizado, la aclaración no procede a su favor”.