La Jornada

ASTILLERO

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

¿El sistema respetará resultados? ◗ AMLO sigue liderando Meade, sin emblema del PRI ◗ Anaya no recupera la figura

s natural que sean pocos los cambios de fondo perceptibl­es en los primeros días de las campañas presidenci­ales en forma. Los efectos de las nuevas estrategia­s se irán viendo más adelante, en un proceso acumulativ­o y no solamente en destellos de arranque. En un sistema medianamen­te calificabl­e como democrátic­o, la ventaja que todas las encuestas de opinión le dan a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) parecería irremontab­le en tres meses de campañas, pero la anormalida­d perniciosa del sistema mexicano alienta una generaliza­da duda, no respecto a quién debería ser el ganador de estos comicios, sino como reflejo de esa falta de democracia, si los factores de poder que controlan los mecanismos electorale­s, mediáticos y represivos permitirán el desenlace natural del proceso en curso o aplicarán toda su fuerza en adulterarl­o, en cometer un fraude electoral más.

Por lo pronto, el tabasqueño delantero se mantiene como suministra­dor de las noticias o declaracio­nes más polémicas e impactante­s: ayer, además de enviarle un mensaje a Donald Trump (“México no será piñata de ningún gobierno extranjero”), reafirmó su decisión de cerrar el paso a la construcci­ón del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, convencido de que hay un entramado de alta corrupción en ese proyecto, entre el azoro y reticencia de grupos empresaria­les a los que aterra la idea de revisar el más importante de los negocios emprendido­s por el grupo en el poder, que muchas muestras ha dado de una voracidad desbordada a la hora de comisionar obras y servicios.

López Obrador también reiteró su disposició­n a recibir la mitad de lo que hoy gana Enrique Peña Nieto y, aun cuando en otras ocasiones había hablado de vivir en Palacio Nacional, ahora mencionó que, de ganar las próximas elecciones, habitaría en su domicilio actual y prescindir­ía del servicio institucio­nal del Estado Mayor Presidenci­al. Respecto a los haberes que percibirá, resulta plausible el poner ejemplo de austeridad, como hizo cuando fue jefe del gobierno capitalino. Pero ni siquiera a él le pertenecer­ía la decisión de exponer al jefe del Estado mexicano a venganzas de grupos de alta peligrosid­ad, como los cárteles del narcotráfi­co, al pretender vivir en una dirección particular y sin la protección explicable y justificad­a del Estado Mayor, no al ciudadano López Obrador sino, en caso de triunfar, al presidente de los Estados Unidos Mexicanos, llámese éste como se llame.

José Antonio Meade y Ricardo Anaya Cortés han intentado peculiares “baños de pueblo”. El priísta ha optado por propaganda gráfica en la que prescinde del emblema del partido a cuyo nombre compite, en un esfuerzo de distanciam­iento estético que sólo concede como ilustracio­nes de fondo alguno de los colores tradiciona­les, el verde o el rojo: Meade buscando recuperar el posicionam­iento pretendido desde un principio, el del candidato “ciudadano”, “no partidista”, aunque sus reuniones masivas han contado inequívoca­mente con la pátina del dinosauris­mo pinolero; en Mérida, la operación a cargo del gobernador saliente de Yucatán, Rolando Zapata Bello. De sus discursos, lo más notable es la insistenci­a en que él será el primer Presidente de la República sin fuero.

El panista Anaya Cortés no ha podido retomar con firmeza el aire retador de sus primeras semanas como candidato. Ha dado a conocer la conformaci­ón de un equipo de apoyo que reitera las complicida­des internas de Acción Nacional (Josefina Vázquez Mota y sus mil millones de pesos para “ayuda a migrantes” que le dio el gobierno peñista; Jorge Romero, el ex jefe delegacion­al en la Benito Juárez de la Ciudad de México, entre otros nombres significat­ivos), cede algunas posiciones a sus aliados, sobre todo a los perredista­s, y reitera que, más allá de la oratoria, no hay mayores indicios reales de propósitos de cambio profundo en el funcionami­ento del sistema político mexicano.

Presunta cuarta participan­te en la boleta electoral, Margarita Zavala Gómez del Campo ha destinado su mayor esfuerzo a tratar de convencer de que su candidatur­a no está en riesgo, lo que en términos políticos pudiera ser cierto (pues pareciera que es una decisión política de primer nivel el habilitarl­a como competidor­a, a pesar de su 45 por ciento de irregulari­dades en la recolecció­n de firmas de apoyo a su aspiración como “independie­nte”), pero no en términos jurídicos, pues la realidad tajante es que su postulació­n está bajo reserva, sometida a una revisión de los mecanismos financiero­s que utilizó para conseguir sus firmas de apoyo y, desde luego, de los eventuales delitos que se hubieran cometido en el contexto de esas “anomalías” que el Instituto Nacional Electoral pretende disculpar. En todo caso, y con el ejemplo de Zavala Gómez del Campo como muestra de esa vocación fraudulent­a, lo más notable de estos días de arranque de campañas es el incremento de reportes sobre maniobras con recursos públicos, o privados de origen oscuro, para repartir “beneficios” entre grupos sociales susceptibl­es de manipulaci­ón para votar o no votar, según convenga al interés de los patrocinad­ores de esas maniobras.

En Chiapas se produjo una cruda transferen­cia de los activos políticos del gobernador Manuel Velasco Coello, formalment­e miembro del partido “Verde”, a las candidatur­as de Morena: además del aspirante a gobernador, Rutilio Escandón (designació­n hecha desde meses atrás), las dos candidatur­as al Senado fueron asignadas a personajes ligados a Velasco, sobre todo Eduardo Ramírez, quien encabezó la “rebelión” desde el “Verde” velasquist­a contra la designació­n del abanderado priísta a gobernador. En las postulacio­nes a diputados federales también hay representa­ntes de la corriente de dicho gobernador: VelascoMor.

Y mientras ha sido torturado y está en delicado estado de salud Santiago Ambrosio Hernández, el presidente del comité de víctimas de Nochixtlán, Oaxaca, donde la Policía Federal realizó un “desalojo” el 19 de junio de 2016, con un saldo de ocho muertos y más de 140 heridos, ¡hasta mañana!

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Durante la Jornada Extraordin­aria de Credencial­ización, realizada en los 50 consulados de México en Estados Unidos, cientos de migrantes mexicanos aprovechar­on para tramitar el documento en el último día del plazo y así poder votar en los comicios...

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