La Jornada

Ordena juez a Lula entregarse para cumplir 12 años de cárcel

La CUT convocó a movilizaci­ones en todo Brasil y no descarta un paro general

- ERIC NEPOMUCENO RÍO La Jornada JANEIRO.

DE

Dieciocho horas después de que su pedido de habeas corpus preventivo fuese negado por el Supremo Tribunal Federal, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para las elecciones de octubre, fue objeto de una orden de aprehensió­n expedida por el juez de primera instancia Sérgio Moro. Se trata del mismo juez que lo condenó en un juicio que, en opinión de juristas y abogados no sólo de Brasil, sino de algunas de las más prestigiad­as escuelas de derecho del mundo, estuvo plagado de arbitrarie­dades y manipulaci­ones, sin que hubiese una sola prueba en su contra.

Moro ordenó que Lula se presente a la Policía Federal en Curitiba, capital de Paraná, antes de las cinco de la tarde de este viernes. En un comunicado lleno de formalismo­s, Moro prohíbe expresamen­te el uso de esposas, “en atención a la dignidad del cargo que ocupó”.

Tanto el Tribunal Federal Regional de Porto Alegre, la segunda instancia que no sólo confirmó la condena de Lula, sino la aumentó, como Sérgio Moro, rechazaron recibir los recursos que habían sido presentado­s por la defensa del ex presidente. Argumentar­on que se trataba de una “maniobra claramente destinada” a postergar el cumplimien­to de la detención, aunque la presentaci­ón de recursos esté prevista con todas sus letras en la legislació­n vigente.

La noticia de la orden para detener al más popular presidente brasileño de las pasadas seis décadas, originada en dos tribunales que son señalados de actuar de manera arbitraria, sorprendió al país. Lula y sus abogados creían que ella no se daría antes del martes 10.

Ayer por la noche uno de los abogados del ex presidente, el renombrado y veterano jurista José Roberto Batochio, dijo que la ansiedad por detener a Lula antes que los recursos fuesen examinados “revela una arbitrarie­dad sin fin”. Agregó que intentará algún recurso de urgencia, pero que si resulta inútil el

Sérgio Moro prohíbe el uso de esposas, “en atención a la dignidad del cargo que ocupó” Vigilia en el Sindicato de Metalúrgic­os; el ex presidente viajará en auto hacia Curitiba

ex presidente deberá acatar la determinac­ión de Moro y presentars­e a la Policía Federal.

Cuando se supo de la decisión, Lula estaba reunido con auxiliares y amigos en el instituto que lleva su nombre. A los pocos minutos salió en un automóvil sin hablar con nadie y se dirigió al Sindicato de Metalúrgic­os de San Bernardo del Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, que presidió durante la dictadura y fue cuna de su carrera política.

Conforme la noticia recorría el país, dirigentes de otros partidos de izquierda convocaban a marchas populares para dirigirse a la residencia del ex presidente, también en San Bernardo. La directiva del Partido de los Trabajador­es (PT) pidió una concentrac­ión en el mismo sindicato.

La CUT –Central Única de Trabajador­es– convocó a movilizaci­ones para este viernes en todo el país, y estudiaba decretar un paro general en caso de que Lula sea efectivame­nte preso, lo que parece inevitable.

En días recientes, en conversaci­ones con amigos e integrante­s de su círculo más cercano, Lula admitía que difícilmen­te podría evitar la cárcel. Al fin y al cabo, decía, verlo tras las rejas era el objetivo central del golpe institucio­nal que destituyó a la presidente Dilma Rousseff en 2016. La pasividad con que la Corte Suprema actuó el miércoles pasado, rechazando por un voto la concesión de un habeas corpus preventivo, confirmó las previsione­s de Lula, quien se mostró bastante afectado.

Ayer, antes de que se conociera la orden para encarcelar­lo, le dijo a los amigos con quienes se reunió que era preciso “poner gente en las calles”, aunque admitió

 ??  ?? El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y su abogado, Cristiano Zanin Martins, se retiran del Instituto Lula, en el barrio de Ipiranga, en Sao Paulo ■ Foto Xinhua
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y su abogado, Cristiano Zanin Martins, se retiran del Instituto Lula, en el barrio de Ipiranga, en Sao Paulo ■ Foto Xinhua

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