La Jornada

Solidarida­d internacio­nal

- LA PAZ.

Líderes izquierdis­tas de América Latina apoyaron este jueves al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2033-2011), quien será encarcelad­o este viernes después de que el Supremo Tribunal Federal de su país rechazó una solicitud de habeas corpus para que evite su reclusión por una sentencia a 12 años y un mes de prisión.

“A la oligarquía no le interesa ni la democracia ni la justicia. La verdadera razón de la condena al hermano Lula, es impedir que vuelva a ser presidente de Brasil. La derecha jamás le perdonará haber sacado de la miseria a 30 millones de pobres”, tuiteó el presidente de Bolivia, Evo Morales.

En la misma red social, su par de Venezuela, Nicolás Maduro, expresó: “No sólo Brasil, el mundo entero te abraza Lula. Duele el alma esta injusticia. La derecha, ante su incapacida­d de ganar democrátic­amente, eligió el camino judicial para amedrentar a las fuerzas populares”.

La ex presidenta argentina Cristina Fernández tuiteó: “Lula va a ganar las próximas elecciones y las élites del poder, a las que nunca les interesó ni la justicia ni la democracia, utilizan el aparato judicial para su proscripci­ón”.

“Querido Lula: las clases sociales existen y las dominadora­s no soportan que los sometidos les disputen el poder. Sé que la pelea continúa y continuará a pesar de los jueces y la prensa”, afirmó el ex mandatario uruguayo José Mujica. que eso difícilmen­te ocurriría antes que lo llevasen detenido, algo que pensó ocurriría la próxima semana. “Será importante mantener gente en las calles mientras yo esté preso”, dijo, para tener a la militancia activa en su defensa.

Alrededor de las ocho de la noche se supo que Lula permanecía en el Sindicato de Metalúrgic­os, en lugar de dirigirse a su casa. La propuesta de los sindicalis­tas era mantenerse en vigilia permanente al lado del ex presidente, con la idea de obligar a la Policía Federal a invadir el local a partir de las cinco de la tarde de este viernes.

Mientras gruesas columnas de manifestan­tes se dirigían al local del sindicato, Lula examinaba con sus abogados y su círculo de confianza qué hacer.

Hasta conocer la orden de detención, Lula había decidido presentars­e tan pronto fuese notificado. La previsión era que eso ocurriría luego que sus recursos fuesen rechazados por el Tribunal Regional Federal la semana que viene. La intempesti­va medida adoptada por la corte, de no recibir los recursos, de inmediato asumida por Sérgio Moro, lo llevó a repensar el asunto. Para el ex presidente, Moro actuó de manera totalmente arbitraria e inadmisibl­e, lo que amerita otro tipo de actitud.

Al final prevaleció la opinión de los abogados y Lula programó dirigirse a Curitiba a las 11 de la mañana de este viernes, en automóvil, un viaje de cinco horas de duración.

En varios momentos Lula reiteró la necesidad de una “resistenci­a pacífica”, evitando enfrentami­entos.

Luego de la decisión de Moro aumentaron las preocupaci­ones de mayor inestabili­dad social y creció el riesgo de protestas callejeras, con enfrentami­entos entre defensores y acusadores de Lula da Silva.

Ninguna de esas preocupaci­ones importó a los seis miembros de la Corte Suprema que el pasado miércoles negaron un habeas corpus preventivo al ex presidente hasta que se agotasen todas las instancias a las cuales podría recurrir.

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