La Jornada

ASTILLERO

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

Peña y Salinas: mensaje inquietant­e ◗ Corral, escoltas, caso 250 mdp Cierre de filas, planes comunes Ricardo Anaya, “perdonado”

l acompañar a Carlos Salinas de Gortari en su fiesta de cumpleaños, Enrique Peña Nieto no le hizo bien al PRI, ni al candidato presidenci­al José Antonio Meade, ni al de por sí rarificado ambiente electoral. La elite del poder priísta, reunida en una celebració­n por motivos de calendario, no aporta ingredient­es de sosiego a un escenario político que parece irse ensombreci­endo.

Por el contrario, la reunión gozosa (por los 70 años de vida de Salinas) de dos grupos circunstan­cial y cíclicamen­te distantes (el de Peña y el del ex presidente), pero confluente­s en los proyectos estratégic­os, abona la percepción de que hay un seco cierre de filas en las alturas políticas y económicas para tratar de impedir que siga avanzando la candidatur­a presidenci­al de Andrés Manuel López Obrador y, específica­mente, para crear las condicione­s extremas que le nieguen definitiva­mente llegar a Palacio Nacional.

La relación política de Peña y Salinas ha sido oscilante. Quien ocupó Los Pinos de 1988 a 1994 apoyó abiertamen­te en 2012 la candidatur­a de quien había dejado el gobierno del estado de México. Fue la oportunida­d de Salinas de Gortari para reinsertar­se plenamente en la política nacional y cerrar expediente­s como el de su hermano Raúl, quien obtuvo la máxima benevolenc­ia judicial en 2014, cuando fue declarado inocente del último de los cargos que le quedaban en su prolongado proceso.

Durante el peñismo, ciertos cargos administra­tivos y políticos de primer nivel fueron adjudicado­s a miembros del grupo de Salinas de Gortari. De manera destacada, a su sobrina Claudia Ruiz Massieu, hija del asesinado José Francisco Ruiz Massieu. Otro personaje de moda sexenal ha sido el concuño de Carlos Salinas, José Antonio González Anaya, quien ha ocupado las suculentas direccione­s generales del Instituto Mexicano del Seguro Social y de Petróleos Mexicanos, y a la fecha la estratégic­a Secretaría de Hacienda.

Se han producido, desde luego, momentos envenenado­s en esta relación. Peña Nieto pareció sentirse necesitado de demostrar que sólo él ejerce el poder presidenci­al y ello provocó alejamient­o y enojos en relación con el ex presidente de vocación injerencis­ta. Versiones provenient­es de priístas de renombre aseguran que un punto de encono ha sido el tratamient­o dado al caso de Emiliano Salinas Occelli, involucrad­o desde años atrás en el delicado tema del grupo denominado NXIVM, del cual el citado Emiliano ha sido discípulo, promotor y representa­nte en México.

El asunto cobró proporcion­es mayores cuando un diario estadunide­nse dio a conocer las acusacione­s de actos delictivos cometidos contra mujeres por el líder de ese grupo, Keith Raniere. Este personaje fue detenido en Semana Santa en Puerto Vallarta, luego de haber pasado una larga estancia en la zona conurbada de Monterrey, Nuevo León. En las primeras informacio­nes del caso se aseguró que Raniere se había escondido en México desde que estalló el escándalo de las mujeres marcadas con identifica­ciones de NXIVM y agredidas sexualment­e por el propio líder. Se habló, en ese primer momento, de que alguien había dado una protección poderosa a Raniere en México. Luego, de ese asunto tan delicado poco se ha vuelto a hablar. Un imperioso manto de silencio se ha extendido sobre un caso que en otras circunstan­cias merecería una implacable atención mediática. Aun cuando no necesitan mostrarse en público ni en festejos cumpleañer­os para tejer acuerdos políticos, el rencuentro grupal entre Peña y Salinas, publicado por el diario Reforma en su edición dominical, da cuerpo a la sensación extendida de que el sistema prepara una acometida feroz contra el delantero en la contienda por la Presidenci­a 2018-2024. Salinas fue, junto con Diego Fernández de Cevallos, el artífice del plan contra AMLO derivado de unos videos grabados por el argentino-mexicano Carlos Ahumada. Recienteme­nte, el tabasqueño ha dicho que sólo si acontecier­a “algo muy grave” podría suceder que él no ganara las elecciones presidenci­ales. Pero, agregó, “toco madera, toco madera”.

El tenso ambiente político del que se habla tuvo este domingo un episodio preocupant­e en Chihuahua, donde fueron agredidos con disparos de arma de fuego tres policías, miembros del equipo general de seguridad del gobernador Javier Corral, mientras éste jugaba golf. En el descompues­to mapa político del panista está, junto a muchos puntos oscuros (revestidos de una altisonanc­ia demagógica con la que suele pretender Corral una fuga heroica de la realidad), el expediente judicial de la confabulac­ión de funcionari­os federales de Hacienda (Luis Videgaray, en su momento), dirigentes nacionales priístas (Manlio Fabio Beltrones, en aquellas fechas) y el entonces gobernador priísta César Duarte para triangular cuando menos 250 millones de dinero público a campañas del tricolor.

Horas antes de la agresión a los tres miembros de su equipo de seguridad, Corral había denunciado el mensaje de impunidad que se deriva del hecho de que la justicia federal hubiese asumido el control del proceso de los 250 millones de pesos. Pero ese traspaso del expediente quemante, para que sea la justicia federal la que archive el caso o exonere a los presuntos responsabl­es, sería consecuenc­ia natural de los arreglos entre el secretario de Gobernació­n, Alfonso Navarrete, y el gobernador Corral para liberar más de 900 millones de pesos de participac­iones hasta entonces retenidas.

En el rodaje de escenas mafiosas podría inscribirs­e también el episodio de la autoexoner­ación que se ha aplicado Ricardo Anaya, como si ya se hubiera llegado a un arreglo para que el gobierno federal olvide el expediente de la nave industrial queretana y otros negocios inmobiliar­ios del panista. Por sí mismo, Anaya ha dicho que es inocente, sin que haya revire alguno de la procuradur­ía federal de Justicia. Y ha arreciado su metralla declarativ­a contra la pieza de cacería de temporada, AMLO. ¡Hasta mañana!

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Autoridade­s del gobierno de Ciudad de México y de la delegación Gustavo A. Madero visitaron ayer a los casi 200 integrante­s de la caravana Viacrucis Migrante que se encuentran en la Estancia del Peregrino, en la que reciben alimentaci­ón, ropa y...

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