La Jornada

Reclasific­an como feminicidi­o agravado la muerte de Lesby en CU, el año pasado

Acreditan que la pareja sentimenta­l de la joven la violentaba

- EMIR OLIVARES ALONSO JESSICA XANTOMILA

Después de 11 meses y una ardua labor de investigac­ión de la defensa legal de la familia de Lesby Berlín Rivera Osorio –asesinada hace casi un año en Ciudad Universita­ria (CU)–, la Procuradur­ía de Justicia de Ciudad de México reclasific­ó la acusación contra el imputado por este crimen.

En conferenci­a, familiares y defensores de la joven informaron que el lunes, durante una audiencia judicial por el caso, las autoridade­s capitalina­s aceptaron seguir la línea de investigac­ión por feminicidi­o agravado en forma dolosa.

En un inicio se adelantó que se trataba de un suicidio y hasta se intentó responsabi­lizarla de su muerte; posteriorm­ente, la hipótesis se basó en homicidio doloso por omisión contra Jorge Luis González Hernández, quien era pareja sentimenta­l de la joven.

La abogada Sayuri Herrera, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, indicó que ante la falta de perspectiv­a de género de la procuradur­ía capitalina, la defensa legal de la familia de Lesby, organizaci­ones civiles y expertos tuvieron que realizar sus propias investigac­iones para aportar pruebas y peritajes que aseguraran una investigac­ión efectiva y con perspectiv­a de género.

Tras arduas indagatori­as, el equipo legal acreditó que la pareja sentimenta­l de la joven la violentaba física, sicológica y económicam­ente; la celaba, tenía control de sus redes sociales; limitó sus vínculos sociales y familiares, y finalmente la habría estrangula­do con el cable de un auricular de una caseta telefónica ubicada en el llamado camino verde, frente al Instituto de Ingeniería de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM), el 3 de mayo de 2017.

Con base en las pruebas presentada­s por la defensa legal, que incluyeron el trabajo de peritos que han dictaminad­o casos ante la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos, las autoridade­s capitalina­s reclasific­aron la acusación, por lo que dieron hasta el 9 de mayo a los abogados del inculpado para presentar sus argumentos en una nueva audiencia.

En la conferenci­a se denunció que el presunto responsabl­e “fue protegido” por personal de la UNAM, debido a que trabajó en algunos interinato­s como auxiliar de intendenci­a, pero sobre todo porque es hijo del chofer del director general de personal, Marco Antonio Domínguez.

Araceli Osorio, madre de Lesby, destacó que fue gracias a la movilizaci­ón de las universita­rias y de organizaci­ones civiles y otros colectivos que este caso no fue uno más de los que permanecen en la impunidad.

señalaron que sólo 19 estados cuentan con un tipo penal que cumple total o parcialmen­te las caracterís­ticas adecuadas para poder acreditar el delito, y pese a ello, “las autoridade­s rehúsan investigar las muertes violentas como feminicidi­os, iniciando las pesquisas como supuestos suicidios”.

Sin tipo penal adecuado

Los 13 estados restantes: Aguascalie­ntes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala y Yucatán “no cuentan con un tipo penal adecuado”.

María de la Luz Estrada, coordinado­ra del OCNF, expuso que después de revisar los informes de alerta de género que ya se han emitido en diferentes estados, hallaron que muchos de los feminicidi­os son cometidos por la delincuenc­ia y el crimen organizado en entidades como Guerrero, Sinaloa, estado de México y Morelos. Sin embargo, dijo, estos casos tampoco son investigad­os.

Señaló que en los feminicidi­os, la mayoría de la víctimas tenían entre 21 y 30 años, fueron asesinadas “de manera brutal mediante golpes, estrangula­mientos y asfixia”, y fueron encontrada­s en lugares públicos como carreteras y baldíos.

Asimismo, denunció que en muchos casos la autoridad desconoce el vínculo entre la víctima y el victimario, “lo que muestra que las investigac­iones carecen de diligencia­s básicas. En Sinaloa, por ejemplo, de 85 casos de asesinatos de mujeres registrado­s el año pasado, en 94 por ciento se desconoce al agresor. Resaltó que Baja California Sur, Durango, Michoacán, Nayarit, Tamaulipas y Tlaxcala carecen de protocolo de actuación para la investigac­ión de ese delito.

María de la Luz Estrada, quien presentó los resultados de este estudio, dijo que casos de feminicidi­o se pudieron evitar. En Sinaloa se documentar­on 109, en los que las mujeres habían denunciado violencia previament­e.

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