El acosadoren-jefe, con la soga al cuello
invirtiendo carretadas de dinero en abogados –los usa para intimidar o acallar a los más pobres– y, sobre todo, para firmar acuerdos de silencio a cambio de dinero. Y todo eso le ha funcionado de maravilla.
Sólo que, como dicen, nunca falta un roto para un descocido, y Trump ha encontrado por fin un contrincante que está a su medida: la “estrella pornográfica” Stormy (Tormentosa) Daniels. Un clavo saca a otro clavo, y quizá sólo una ruda pueda desbancar al rudo que desgobierna desde la Casa Blanca. Así, la tormentosa Stormy, con su inteligente abogado, amenaza con ganar tanto el pleito de abogados, como el que se viene en los medios.
Stormy Daniels y Donald Trump tuvieron relaciones sexuales pocos meses después de que Melania dio a luz a Barron Trump. Ese hecho hubiera bastado para desbancar a cualquier otro presidente de Estados Unidos, pero estamos ya en otra realidad, en otro país, donde hasta los evangélicos apoyan a un conocido acosador sexual, a cambio de concesiones políticas. Tiempo después, cuando Trump iniciaba su campaña política, su abogado, Michael Cohen, dio a Stormy 130 mil dólares a cambio de que firmara un acuerdo de no divulgación de sus relaciones con su jefe. Es justo que Trump ahora se esté tambaleando no tanto por haberse