La Jornada

Es difícil que hoy el boxeador esté ciento por ciento limpio: Rubio

Gennady Golovkin sabe que no le queda mucho tiempo, asegura

- JUAN MANUEL VÁZQUEZ

Marco Antonio Veneno Rubio conoció el poder demoledor de Gennady Golovkin en 2014. Un golpe del kazajo lo noqueó en el segundo episodio y le arrebató el cinturón interino del Consejo Mundial de Boxeo. El duranguens­e sólo peleó una vez más y se retiró.

Lo conoce de muy cerca para intuir lo que pasa por la mente de Golovkin. El kazajo –dice Veneno– sabe que tiene poco tiempo como peleador y no desea desaprovec­harlo. “En el boxeo el tiempo te come y eso lo sabe Golovkin, por eso la desesperac­ión de encontrar un rival y no perder la fecha”, dice el ex boxeador; “en las recientes peleas se vio que ya le pesa la edad, sobre todo ante Canelo Álvarez, a quien no pudo noquear y se desesperó”.

Golovkin parece ser un gran campeón al que le ha faltado suerte, agrega el Veneno, porque considera que después de tanta espera, por fin se había cruzado con Canelo y era lo mejor que podía pasarle para el final de su carrera.

“Si la pelea se llega a hacer, el beneficiad­o será Canelo, porque a pesar del positivo de clembutero­l, Golovkin ya estará de salida, sin los mismos reflejos ni potencia. Ya estará oxidado”, piensa Veneno.

Será cuestión de tiempo –prosigue– para que Canelo se sacuda este episodio del clembutero­l que arruinó las esperanzas de un desempate ante el kazajo. Sobre todo porque está convencido que el riesgo de ingerir alguna sustancia no autorizada para el deporte es muy alto.

“Es difícil que hoy un atleta esté ciento por ciento limpio”, señala; “si uno compara los cuerpos de los boxeadores en los años 70 y ahora, verá que hoy son más musculosos. Todos toman suplemento­s y mil cosas para hacerse más fuertes. En los equipos interviene mucha gente y opina, no es difícil pensar que un descuido de esos derive en un positivo de dopaje”.

Por eso recomienda que se eduque al boxeador, el responsabl­e final, sobre lo que ocurre con su cuerpo en entrenamie­nto. Sobre todo porque considera que no sólo afecta la reputación de quien arroja un positivo en una prueba, sino que termina por afectar los intereses de mucha gente alrededor, y de manera directa las expectativ­as del rival.

“Yo lo viví con Julio César Chávez júnior, y perdí, pero le reclamé al CMB porque no nos hicieron examen antidopaje”, recuerda el Veneno, pues por un “olvido” se dijo en aquella pelea de 2012 no se les realizó la prueba previa.

“Eso me generó malestar, sin justificar­me por la derrota”, aclara; “ahora Golovkin está luchando por salvar una fecha, no es su culpa”.

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